viernes, 29 de mayo de 2009

Europa, Europa

Opel segregada de General Motors, de central y matriz estadounidense, se debate en Europa. Los responsables políticos de cada país y comunidad en la que hay una planta como la de Figueruelas han de coordinarse con el resto de autoridades europeas afectadas y trazar una estrategia común. Los sindicatos trabajan en la intersindical europea con un mismo objetivo, no en vano, el movimiento obrero fue el primero en comprender y poner en practica la idea de que las fronteras son un invento del capital que no favorece la convivencia ni el flujo de ideas ni de personas (aunque la población no europea sigue condenada a la patera si se le ocurre intentar pisar suelo europeo). Es un ejemplo de cómo la UE y su hermosa idea de un proyecto común, constantemente vilipendiado por ultras, nacionalistas y xenófobos, condiciona nuestras vidas. De la Unión y su poco poderoso parlamento surgen el 60% de las normas que rigen la vida política española. La crisis financiera que derivó en económica por culpa de las algaradas y excesos neoliberales de yanquis y banqueros amigos de los tres de las Azores, solo puede ser combatida con una política económica, de control de capitales, de empleo y de protección social ampliada, común europea. La defensa de los derechos humanos y civiles mínimos de los nuevos socios de la UE, cuyos gobiernos son tan proclives a rezar mucho y legislar tan poco en materia de derechos individuales, solo será defendida e incluso impuesta como condición, con un Parlamento Europeo renovado y reforzado a la izquierda. La misma UE que repartió recursos financieros en los años ochenta y noventa para España y que nos empujó a la modernidad estructural (la cultural nos la hemos de currar un poquíco más nosotros mismos), que paró el trasvase tras la Marcha Azul a Bruselas, o que nació de la idea de la paz en el continente tras la debacle de la 2ª Guerra Mundial y que gobiernos de Asia, África o América del Sur quieren imitar en sus continentes.
Esa es la Europa del que pasa con orgullosa indiferencia un 60% del electorado según las encuestas oficiales, excepto en Bélgica porque votar es obligatorio. Ese es el proyecto del que algunos políticos pasan de hablar, convirtiendo las elecciones del 7J en un absurdo y estúpido referéndum sobre política nacional que hace mucho que pretenden sustentar en demagogia barata en lugar de argumentos reales como si creyeran que la población es tonta. En eso, Rajoy, Oreja y Camps son maestros.
Por supuesto que Europa y la UE no son la panacea. Nada que sea real es perfecto, ni el amor, o eso menos que nada, pero el europeismo ha sido uno de la mejores inventos políticos de la historia aunque tengan dentro a elementos como Le Pen, Berlusconi y su lista de top model, o Aznar y sus guerras religiosas. Pero también puede ganar cualquiera las elecciones y eso no invalida la democracia sino que nos recuerda que la democracia es un sistema político y una forma de vida que aún estamos construyendo y que son coyunturas culturales las que pueden propiciar elecciones desastrosas.
La maravillosa película que Agniezkca Holland dirigió en 1991, Europa, Europa, refleja el espíritu de desastre global y miedo del que nace la necesidad de la unión. Narra las peripecias del adolescente judío Perel Soloman que huye de Alemania a Polonia después de la Noche de los Cristales rotos en 1938
y luego a la zona controlada por la URSS tras el estallido de la 2ª Guerra Mundial y la invasión de Polonia. Capturado después por los nazis durante la Operación Barbarroja de 1941, convence a un oficial de ser alemán y se ve enrolado en las Juventudes Hitlerianas. Más que una peli sobre la Guerra Mundial, es una hermosa metáfora de un continente hundido que se odia y se desconoce.
Véanla este fin de semana, léanse el precioso El Mundo de Ayer de Stefan Zweig (El Acantilado, 2002), y, el que viene, voten por una nueva UE roja y verde.
Publicado en El Periódico de Aragón el 29/05/09

miércoles, 27 de mayo de 2009

El Principio Esperanza

El filosofo alemán Ernest Bloch (1885-1977), una de las reencarnaciones de la honestidad y la disidencia permanentes, filtró y condensó su pensamiento en una obra llamada El Principio Esperanza (Editorial Trotta, 2006): una inquebrantable convicción en que la utopía es una función esencial del ser humano al que nuestra frágil existencia está obligada para soñar primero, diseñar después, y forjar siempre una realidad mejor. Desde Hipócrates y la salud humana, Fourier, Moro o Marx, hasta Marcos, los investigadores científicos o una maestra empeñada en que sus alumnos y alumnas amen la lectura, dice Bloch que el itinerario de la utopía nos hace sentir esperanza, y la esperanza nos hace estar vivos.
Esa fue su principal preocupación desde su primera obra, Espíritu de la Utopía, un intento conseguido de expresarla en todas sus manifestaciones, y que luego destiló en su peculiar marxismo utópico, la encarnación humana de la utopía en un mundo real llena de humanos reales y contradictorios. No olvidéis, por favor, que la utopía no es imposible, sino ideal, que no es lo mismo. Block sitúa en su libro cada utopía en su contexto geográfico, social y político, algo así como "con alas y raíces" según verso de mi querido José Martí.
Block es hegeliano y recorrió en su obra todos los intentos llevados a cabo en la historia para lograr las utopías en la practica: las de la salud y la política y las de la arquitectura, el urbanismo y la ciencia. Algunas de ellas hoy han sido elevadas por fortuna al rango de derechos humanos, otras logradas en sus imperfecciones, otras todavía en el capítulo de pendientes, pero todas revelan el interesado y erróneo concepto que los conservadores y miedosos tuvieron (tienen) al impedir empujarlas y la simpleza de quienes practican el pensamiento débil al confundir la utopía con la imposibilidad.
El propio Block comienza así el segundo volumen de su El Principio Esperanza: "El impulso hacia lo que no cesa jamás, la carencia de aquello con lo que se sueña no causa menos sino más dolor. Y ello impide acostumbrarse al estado de necesidad. Cualquier cosa que causa dolor, oprime y debilita, tiene que ser eliminada. Tener solo un respiro no bastó nunca a la larga".
Su esencia libertaria, su lealtad a sí mismo y la convicción de que todo se puede mejorar le convirtió en un permanente exiliado: marchó a Suiza en la1ª Guerra Mundial, recorrió Europa huyendo del nazismo y el fascismo, vivió en EEUU durante la 2ª Guerra Mundial, volvió a Leipzig a dar clase y terminó enfrentado con las autoridades de la RDA por su modo de aplicar las teorías marxistas y la construcción de El Muro de Berlín.
Leer El Principio Esperanza es un placer inabarcable, un refuerzo en la convicción de la utopía como esencia humana, una clase magistral de historia y política y una laica experiencia de fe en el ser humano pensante a pesar de "lo extraño en la historia del despertar de la mayoría".
27/05/09

lunes, 25 de mayo de 2009

Ludovico Einaudi



A este músico italiano lo descubrí hace un par de años. Una estrella mundial, ha publicado una docena de discos, escrito para la opera y el cine italiano, estadounidense y britanico, música sinfónica y de cámara y musica para el teatro y la danza.

Introspectivco y profundo, su aparente simplicidad formal denota una exquisita elegancia, llena de fraseos melódicos que, solo a regañadientes, acepta ser calificada como minimalista, pero huye de las etiquétas que la evolución de la música contemporánea hace mucho tiempo que no acepta. Son sólo útiles para la clasificación en los estantes de las tiendas de discos, cada día menos actualizadas.

El piano es su mejor baza. Recomiendo encarecidamente cualquier cosa. Especialmente sus discos Mattina y Divenire.

Merece la pena comprarlos en vez de piratearlos.

Tienes demos, obras gratuitas y más información en www.einaudi.website.com

Defensa de la Alegría


Defender la alegría como una trinchera
defenderla del caos y de las pesadillas
de la ajada miseria y de los miserables
de las ausencias breves y las definitivas

defender la alegría como un tributo
defenderla del pasmo y de las anestesias
de los pocos neutrales y los muchos neutrones
de los graves diagnósticos y de las escopetas

defender la alegría como un estandarte
defenderla del rayo y la melancolía
de los males endémicos y de los académicos
del rufián caballero y del oportunista

defender la alegría como una certidumbre
defenderla a pesar de dios y de la muerte
de los parcos suicidas y de los homicidas
y del dolor de estar absurdamente alegres

defender la alegría como algo inevitable
defenderla del mar y las lágrimas tibias
de las buenas costumbres y de los apellidos
del azar y también
también de la alegría

De El Sur también existe, Mario Benedetti (1991)

viernes, 22 de mayo de 2009

Memoria Histórica LGTB

Towanda, en colaboración con el programa Amarga Memoria del Departamento de Cultura del Gobierno de Aragón, inicia este año un proyecto de recuperación de la memoria histórica Lésbica, Gai, Transexual y Bisexual en Aragón entre 1936 y 1980. Se trata de un proceso de investigación y recopilación de testimonios que, por sus propias características y condicionantes, no se plantea como un proceso cerrado a corto plazo, sino como el banderín de salida para el inicio de estudios que con el tiempo podrán ir acercándonos a una historia hoy oculta.
En circunstancias hoy difícilmente imaginables, muchas personas padecieron persecución a causa de su identidad afectivosexual y/o se arriesgaron por las libertades que hoy disfrutamos y la igualdad legal que empezamos a disfrutar. Algun@s simplemente mostrándose tal como eran mucho antes de que teorizáramos sobre la visibilidad como la poderosa herramienta política que es. Otr@s creando los espacios donde poder sobrevivir que hoy tan alegremente se desprecian como guetos gays. Y algun@s construyendo organizaciones propias en condiciones de extremo aislamiento, o trabajando con infinita paciencia para que las ya existentes integraran la libertad de la diversidad afectivosexual en sus discursos.
Sin embargo, quienes lucharon por sus libertades individuales empujando así lo que hoy llamamos democracia; quienes iniciaron la destrucción de aquellas dobles y triples cárceles, de aquellos armarios concéntricos, no han sido aún valorad@s ni reconocid@s, tampoco en Aragón.
Para ello proponemos un inicio que sirva como acicate a la vez que crea el esquema de lo que podrá ser esa historia recuperada. Se plantea una primera investigación que localice y recoja los testimonios de
-persona/s directamente represaliada/s por su condición de LGTB durante la dictadura y hasta 1980
-persona/s organizada/s en asociación LGTB durante la dictadura y hasta 1980
-persona/s no organizada/s en asociaciones pero participantes en las redes de socialización LGTB clandestinas de la época
-persona/s creadora/s y/o usuarias de los espacios de socialización LGTB de la época
-familiares y/o personas del entorno de las personas LGTB
Todos los testimonios recogidos serán utilizados exclusivamente bajo las condiciones indicadas por quienes los aporten. Tanto respecto a la confidencialidad como a los usos autorizados: cada participante decidirá que datos y/o imágenes pueden ser recogidos y que grado de difusión se les da.
El objetivo a medio plazo será la inclusión de tales testimonios en una recopilación más amplia que los sitúe dentro de la historia de los movimientos organizados, la situación social, cultural y legal; y la difusión de los resultados obtenidos mediante la edición impresa y online. Pero en esta primera fase durante el año 2009, y como medio para estimular el acercamiento de personas con potenciales testimonios, va a realizarse un documental en el que se reflejen vivencias de los cinco perfiles indicados.
Tanto para la participación en este documental como para la aportación de testimonios escritos u orales, incluso anónimos, hacemos un llamamiento a la participación de cuantas personas puedan hacernos llegar su colaboración. Tanto por sí mismas como poniéndonos en contacto con quienes deseen colaborar en el proyecto. Es importante recordar que en todas las organizaciones, barrios, familias, trabajos, pueblos y ciudades ha habido personas cuyos testimonios no deben perderse, y que pueden recibir aunque sea tarde el reconocimiento que merecen, ayudar a que otras personas lo reciban, o a que nuestra sociedad conozca y aprenda de su pasado.
Porque mal se puede valorar, mantener y mucho menos profundizar en un avance histórico -y éste último es al fin y al cabo nuestro objetivo-, si no se valora a quien lo hizo posible. Por eso, éste quiere ser un esfuerzo por hacer viva su memoria.
Puedes responder a
colectivotowanda@yahoo.es o llamar al 976207413 o al 625969084. En cualquier caso, te pedimos la mayor celeridad posible: aunque el estudio seguirá realizándose, el documental ha de ser rodado durante el mes de Septiembre, para lo cual precisamos recoger y valorar durante los meses de Mayo y Junio el mayor numero de testimonios posible.
Towanda quiere ser únicamente el instrumento mediante el que se haga posible este proyecto, y agradece de antemano todas las colaboraciones individuales o colectivas que lo enriquezcan, adquiriendo el compromiso de reconocer públicamente unas y otras siempre que las personas o entidades colaboradoras lo deseen.
Una petición de TOWANDA Lesbianas,Gais,Transexuales y Bisexuales de Aragónwww.towanda.es

El Público

Entre ocho y doce millones de españoles, que se sepa, se buscan la vida con dinero negro. Ya saben, nada de facturas y nada de IVA, que los únicos papeles que les mola son los de colorines con la palabra euros impresa, estos sí, de curso legal. Quien no conoce a un cuñado o una vecina que tiene sus ingresos en caja B. A esto se le llama robar al pueblo porque el centro de salud, la farmacia, el cole público o concertado, por ejemplo, se pagan con los impuestos que los del dinero negro escaquean. Si los billetes de 500 se cambiaran de repente de color por una decisión de la UE, como propone Cayo Lara (IU), para sacar a la luz los viejos, los datos del consumo se dispararían como fuegos artificiales para limpiar la mierda que tantos ¿ciudadanos? esconden bajo la cama.
El modo en que la dignidad humana y el interés personal cambian de valor suele ser una curiosa interpretación de los parámetros matemáticos. Pongo un ejemplo: si el convenio de los temporeros está en 5´60 € la hora ¿por qué se contrata ilegalmente junto a la estación de Fraga, por ejemplo, a 3 € y sin coberturas sociales? Eso es un delito que los contratados tragan por hambre y falta de cultura sindical y laboral, y un concepto depredador de la economía y el trabajo ajeno por parte de los contratadores.
Claro que el concepto del trabajo como valor y de la responsabilidad como obligación también brilla por su ausencia en algunos cargos públicos. Digo algunos, que la mayoría de los representantes políticos no son ni peor ni mejor que la sociedad a la que pertenecen. Pero me meo de la risa al ver el estudio del propio parlamento europeo sobre el nivel de trabajo de sus señorías en Bruselas (http://www.parlorama.eu/). Resulta que uno de los vagos (y hay muchos) de la eurocámara es el candidato número uno del PP, Mayor Oreja que anda en el puesto 750 por trabajo de los 926 escaños. La hasta ahora eurodiputada aragonesa, Luisa Fernanda Rudi, está en el 583. La otra, la socialista Inés Ayala en el 168 de los currantes. El español que más trabaja es Raül Romera (IU) en el nº 7 seguido del socialista Manuel Medina en el 9. No me extraña que algunos de los que han visto por escrito su nivel laboral se mosquearan y quisieran impedir su publicación. Un argumento fácil más para quienes pasan de votar el 7 de junio a las europeas olvidando que, precisamente votando, se puede quitar el polvo a la casa que ha sido vital en la historia reciente europea, la fuente económica de buena parte del proceso de modernización de España en las décadas anteriores y una de las pocas maneras de poner coto a las ínfulas neo fascistas de algunos rincones europeos y de sus tristes líderes políticos.
Lo de la coherencia y elegancia (si pongo honradez igual me meto en un conflicto jurídico que un autónomo no se puede permitir) de algunos de los votados es otra cosa. Pienso en el silencio, mientras camina cabizbajo por los pasillos de las Cortes y el Pignatelli el consejero Boné, tan citado en las suculentas llamaditas telefónicas de Pinilla hablando de su imperio. Pienso en la desvergüenza de Trillo, responsable del desastre, las mentiras y los intentos de falsificación de actas como hechos probados en el Yak 42, que se escojona del dolor de las familias y el sentido democrático de la política, siendo aun diputado y portavoz de Justicia en el Congreso por su partido.
Vayan al teatro mientras piensan sobre si deben votar el 7J y no se pierdan una maravilla llevada a escena por el Teatro del Temple, en su quince cumpleaños, y dirigido por Carlos Martín, llamada El Público, seguramente el mejor, sincero y desgarrado texto teatral de Federico (García Lorca, por supuesto). En las taquillas nadie sabrá si pagan con dinero negro robado al pueblo y disfrutarán y sufrirán un sock emocional sin desperdicio, irrepresentable en la España que luego mató al autor. “La doctrina puede atropellar sin miedo las verdades más inocentes” se dice en la obra. Se refiere a otras cosas, pero me viene al pelo para dedicársela a los corruptos y a tres o cuatro cargos públicos.
Publicada en El Periódico de Aragón el 22/05/09

Los obreros(as)

Si les veo esta mañana en la mani sindical del Primero de Mayo, ya les saludaré. Una cita esencial para dejar claras algunas cosas, ahora que nos llueven piedras hasta cuando no hay nubes. Claro, si es que se siente usted obrero u obrera, porque no se yo como andamos en el mundo global de eso que se llama cultura obrera y a la que pertenecían según su manera de ver el mundo creadores, artistas, asalariados, cineastas, músicos y medios de comunicación que enfocan su vida y su trabajo en una dirección determinada y con unas referencias culturales concretas. Creo que se ha disipado al calor de la ficción ya periclitada que nos hizo creer que todos éramos ricos y que la burbuja en la que vivíamos no iba a reventar nunca. Pero el caso es que ha hecho pof en el aire como una pompa de Fairy y, sin el pertrecho de cierta conciencia y estilo de vida, andamos más perdidos que un neonazi en una biblioteca.
Vale que la manifestación de hoy puede ser habitualmente mas teatral y conmemorativa que otra cosa, pero la fuerza sindical es fundamental como instrumento de defensa y de elaboración de ideas, como reflejo de la fortaleza de los principios de la igualdad, la solidaridad, el reparto y la justicia y que deberían ser puestos en práctica, que no lo son, en el sistema de valores de la democracia. Incluso para millones de trabajadores y trabajadoras desasistidos y precarios sin empleo o con 900 euros al mes. Claro que, hay quien prefiere negar su propio origen y circunstancia y soñar con cambiar ser jodido por jodedor en lugar de eliminar la jodienda del mundo. Hablo de la económica, que la otra es la que nos salva. O sea, roer a dentelladas el sistema financiero.
Anomia, llamaba a esta negación de la conciencia y al deseo de pasar a formar parte de la clase social favorecida, el viejo profesor Carlos Castilla del Pino en su libro La Incomunicación (Península, 1970) con una quincena de ediciones posteriores en bolsillo. Dicho en claro, ¡salvado yo, anda y que os zurzan! Todo muy posmoderno.
Sin embargo, no solo son obreras las personas asalariadas, lo somos los profesionales autónomos (además de mártires sin subsidio, sin jubilación y sin ingresos durante las bajas), lo son quienes trabajan en la función pública y muchos de quienes se creen clase media, periodistas incluidos. Me escama y me molesta esa expresión que repiten obsesivamente en las radios de que “todos hemos de apretarnos el cinturón”, como si unos cuantos millones no lo llevaron toda la vida ya mas ajustado que un corsé.
Opino que el modo contrario de ver el mundo tiene que ver con las pandemias globales que nos están cayendo encima: la económica, la neoliberal y la de la llamada gripe porcina sobre la que se me ocurre una pregunta. ¿Por qué nadie le revienta el negocio a la industria farmacéutica y enviamos parte de nuestras medicinas a los mexicanos que no las pueden pagar? Creo que releeré este fin de semana El Jardinero Fiel, de John Le Carré. También hay una estupenda versión en película pero no hay color, él dice clarísimas algunas cosas que medio mundo sospecha y que él ha confirmado: no te fíes un pelo de un poderoso y mucho menos de una corporación multinacional.
Un poco más abajo, de aclaraciones paristas y gubernamentales sobre el caso La Muela y sus veleidades, para que voy a hablar. Es casi como una vieja canción: “Soñando espero, el líder que yo quiero…”. “Estas cosas pasan”, que dice Biel con tan fino morro y delicado cinismo.
Para terminar, iba a pedir ver los torsos de Felipe y Sarkozy después del sexismo fotogénico del festival francoespañol de culos del otro día pero, la verdad, habiendo llegado ya el pecho de Lobezno de Hugh Jackman, ¿quién quiere ver la anatomía del pequeño Napoleón y del rico heredero? Ala, que me voy a pasar la gorra por el vecindario para ayudar a un colega autónomo que lleva esperando cobrar facturas de la administración catorce meses, los mismos que hace que pagó los ivas correspondientes porque si te pasas un día de plazo, te arrean una multa que te revientan. ¡Obreros (as) del mundo, ánimo!
Publicada en El Periódico de Aragón el 01/05/09

La perspectiva


Creo que, al fin y al cabo, el punto de vista puede no ser más que una triste limitación de la perspectiva. La visión correcta de un hecho, de la que luego cada quien opina como mejor le place o puede, sería más bien la suma de muchas perspectivas. Por ejemplo: los economistas que creen saberlo todo, no dirían lo que dicen si a su visión de papel y su perspectiva de porcentajes, sumaran la de alguien que pasa el mes con 790 euros de salario por cuatro semanas laborales de cuarenta horas. Porque eso es una putada como un camión, una mierda como un piano que se decía en mi niñez, o un milagro inexplicable. Y como no creo en los milagros, lo cambio por injusticia que es más fino y real que putada. Quienes desean liberalizar el llamado mercado laboral, que no es ni mas ni menos que la fuerza de trabajo disponible y su habilidad para tragar con exigencias injustas, no propondrían tal locura, si fueron ellos quienes tuvieran que vivir con lo pretenden pagar y con la precariedad e inseguridad del mercado que ofrecen. O los purpurados que pontifican sobre como los demás deben pensar, vivir o follar, no soltarían sus salvajes majaderías, si supieran qué es criar un bebe, estar embarazada, necesitar células madres, como funciona un condón, amar a alguien o vivir en pareja.
A veces siento tentaciones de diseñar teorías de conspiración global. No de la banca y los ricos del mundo unidos, teorizando sobre una crisis que es más bien un desbarajuste de su sistema financiero, que eso no es una teoría sino una realidad igual de grande que el piano y la mierda de antes, no, no es eso. Sino conspiraciones como, por ejemplo, que a ver si todas las tontadas que se oyen por ahí son consecuencias de atiborrarse de maíz transgénico en plan Monsanto. Como si el mal día que todos y todas podemos tener de vez en cuando (menos algunos contertulios y secretarios generales conservadores que el mal día lo tienen siempre) sea más bien que nos hemos zampado en la ensalada una lata de maíz sin etiqueta sobre si es o no basura transgénica y que nos pone la cabeza mala. No sé, como una gran contradicción, algo así como la de Rajoy con el aborto que ahora pugna por dejar la ley española como está a pesar de que cuando fue aprobada en tiempos de Felipe Gonzalez, su partido se volvió loco de ira, y ahora duda de la capacidad de otros para gobernar quien fue ministro tres veces y vicepresidente una, en tiempos de tragedias, invasiones, trasvases y vergüenzas que han debido borrar de su disco duro. O como cuando Cascos recogía firmas en la calle contra el divorcio, aliado una vez más con lo más reaccionario de la iglesia, y ahora acumula una gran práctica en la misma ley que combatió. O la indigna postura de Trillo, dando lecciones de moral, cuando consiente que sus ayudantes en su época de ministro sean juzgados en el caso Yak cuando él ni ha pedido perdón ni ha reconocido su fatal actitud responsable de varias muertes. Quizá es que los de Greenpeace deberían incluirlos en su catálogo de transgenia peligrosa porque su vergüenza (caso de que la tengan) ha sido contaminada por el famoso maíz. ¿Será también el maíz transgénico la causa de las tragaderas del “Ala Par de la Casa Pignatelli” con La Muela, los dudosos inversores de los casinos monegrinos, y el guardaespaldas elevado a asistente personal del consejero Boné? Aragón es la región española que más transgénicos cultiva según datos ministeriales, 31.857 hectáreas de las 79.269 que hay en España. Y a mí me da que este guardaespaldas sabe algo sobre economía que el resto de los mortales que no sean banqueros o Pinilla no sabemos: ¿cómo asumir con un sueldecillo una hipoteca de 500.000 euros?
Menos mal que mi amplia perspectiva me hace celebrar con alborozo los trabajos del doctor Carlos Martín y su equipo de la Universidad de Zaragoza por los excelentes resultados que han obtenido con la vacuna de la tuberculosis. Cito textualmente a la Fundación Ecología y Desarrollo y a UNICEF: “Las enfermedades de la Pobreza, tuberculosis, SIDA y malaria siguen siendo, entre las enfermedades infecciosas curables, la principal causa de mortalidad en el planeta”.
Ah! y Feliz Treinta Cumpleaños a la compañía teatral PAI. A felicitar a la II República no llegó a tiempo esta columnita, pero estaba en mis pensamientos.
Publicado en El Periódico de Aragón el 17/04/09

jueves, 21 de mayo de 2009

Zaragoza Rebelde

La primera guía urbana de la rebeldía que leí fue la de Paris. Una especie de guía turística del compromiso escrita por Ramón Chao (periodista, novelista y padre de Manu Chao) e Ignacio Ramonet (periodista, editor y director del imprescindible mensual Le Monde Diplomatique). La maravillosa París, desde la revolución de 1789 de la que aun beben las democracias, ha sido uno de los principales escenarios de la subversión política y la progresión cultural, entendiendo cultura como el conjunto de hábitos y manifestaciones creativas y artísticas con intención de hacer evolucionar el mundo y el pensamiento humano. Paris, ademas de capital del amor, la luz, el Sena y el lugar que alberga el corazón de Humprey Bogart en Casablanca (Michael Curtiz, 1942) fue también capital del exilio internacional y destino de cuantas personas en el mundo soñaran con pintar, escribir o filmar en las décadas de los 20, los 40 y los 50 hasta que Nueva York y otro concepto mas productivo e industrial que artístico e ideológico, le arrebató ese liderazgo. La guía de Chao y Ramonet muestra plazas, cafés, avenidas y despachos donde se alumbraron al mundo manifiestos, armisticios, revoluciones, obras sinfónicas, novelas, publicaciones y resistencias que ayudaron a cambiar el mundo y a eliminar restos de un pasado reaccionario que nunca termina por desaparecer. Desde la Revolución y la Comuna hasta Mayo del 68 y la revueltas de los suburbios. Si, aunque ahora tengan a Sarkozy, pero ni él se atreve con algunas esencias democráticas de la República.

Paris no es Zaragoza, bien sure, y aunque haya participado en más intentos de rebeldía organizada en el mundo de lo que se cree (que le pregunten al profesor Manuel García Guatas con quien comparto mi obsesión por José Martí), también tiene su guía rebelde. No contiene plazas ni cafés ni a Marx ni a Chopin como París, sino una colección de vívidas crónicas de los movimientos sociales zaragozanos cuya presentación gráfica se puede ver estos días en el Centro de Historia y en la sala 4º Espacio de la Diputación de Zaragoza con el subtítulo de Movimientos sociales y Antagonismos.1975.2000. Estamos insumisos, verdes, sindicalistas, gais, el movimiento vecinal, feministas o pacifistas. La esencia del cambio real del mundo tiene su fuerza en una actitud vital individual permanente y en la diversidad y la acción colectiva creativa, asumiendo todas las maneras posibles de ser solidario y democrático (serlo ver verdad, que hasta Rojoy y Biel creen que lo son pero solo se lo creen ellos y cuatro más).

Antonio Machado (¡qué sería del mundo sin los poetas!) lo expreso más breve, críptica y poéticamente: “El ojo que ves no es ojo porque tú lo veas; es ojo porque te ve”. Versos infinitamente mal citados con los que Machado estaba hablando de la visualización, comprensión y aceptación del otro y de lo otro, de cualquiera o cualquier cosa distinto a uno mismo y en cuya dialéctica se asienta la raíz democrática y cualquier intento de renovación del pensamiento. En ese mismo espíritu vive la transformación de las personas y las mentes y, por lo tanto, de las estructuras y las sociedades. Si, vale un poco profundo para hablar de compromisos, pero no siempre uno encuentra la palabra precisa y la sonrisa perfecta que cantaba Silvio Rodriguez.

Una de las grandes demostraciones de esta hermosa exposición y este imperfecto pero emocionante libro (www.zaragozarebelde.org) es la fortaleza y salud mental de los movimientos sociales de un territorio. Porque a los líderes se los encuentra o genera dentro de un magma de desarrollo general y no siempre son un buen invento, pero los movimientos sociales son siempre la avanzadilla del cambio y el progreso en cualquier sociedad: las asociaciones verdes, vecinales, científicas, culturales, sindicales, cívicas, de mujeres, de gays, de artistas, de solidaridad, profesionales o sectoriales abren caminos nuevos, generan ideas nuevas, conocen sus cosas mejor que nadie y mantienen vivo el espíritu democrático con el que las grandes maquinarias de partido no pueden y, a menudo, no quieren vivir.

Publicado en El Periódico de Aragón el 15/05/09

miércoles, 20 de mayo de 2009

UNA DAMA AFRICANA. Erik Orsenna. Tusquets

¿Cómo es África? O mejor, ¿cómo son los países africanos? O todavía mas correctamente, ¿Cómo son las comunidades humanas que viven en África y la realidad que soportan o disfrutan? Seguramente no tiene nada que ver con los reportajes de la tele de la hermosa y cada vez menos salvaje sabana, ni con las memorias de África de bienintencionadas blancas adineradas, ni melancólicas aventureras, ni usureros y ávidos conquistadores. Ni siquiera con la loable labor de las amigas de los gorilas ni de los eternos misioneros católicos, algunos de ellos de buena voluntad. Algo así es lo que quiere mostrar Eric Orsenna, ex-funcionario de la grandeur francesa en el continente africano, colaborador del ministerio de asuntos exteriores galo y patrocinador de conversaciones entre viejos y desconocidos enemigos y de efímeras paces entre territorios africanos. En esta novela le da la voz a madame Bâ, una mujer épica y mágica que se las tiene que ver toda la vida con su ideal de progreso y mantenimiento de las tradiciones, la cultura y la memoria de los suyos y las oportunidades que ofrecen los colonos franceses en un territorio ávido de paz y recursos y harto de colonizadores ricos, invasores, corruptos locales y sueños de barro para millones de seres humanos que han nacido a las orillas del gran Níger, el río de la vida. Madame Bâ vuelve atrás en la memoria para contarnos quien es, por qué es como es y como ha llegado a la necesidad de pedir lo que siempre rechazó: un visado a Francia para recorrer París en busca de su nieto, engañado por dos listos blancos conseguidores de nuevas estrellas del fútbol, que ha sido engullido por la mafia del balón en el peligroso París y abandonado después a su suerte de joven aspirante a deportista, victima de una lesión. Madame Bâ debe rellenar una solicitud de visado en la que cada respuesta debe caber en una casilla. Pero claro, Messieur le Président no entiende que el espíritu del gran Níger, la vida de Madame Bâ y las razones que hacen de esta mujer lo que hoy es, no caben en la estrecha y vigilante burocracia francesa, la mas eficaz del mundo.

No es esta una novela de buenos y malos, sino de personas en un contexto adverso, lleno de históricas y entupidas contradicciones, victimas de la aún más estúpida e hipócrita cooperación de la metrópoli y de una corrupción desbordante que no proviene del gran río, como el resto de la vida. África es personas sobre todo. Personas enfrentadas a la supervivencia, con mas calor, mas necesidad y mas dificultades que el resto, pero con más hermosa historia que los demás y, sobre todo, con los mismos sueños y deseos materiales y espirituales que el resto del mundo. No saben, siquiera, quienes son y de donde vienen, más allá del útero del que nacieron. Por eso deben recurrir a la misma Madame Bâ, heredera de los contadores de la memoria, para averiguarlo, antes de que ella, que tanto ha hecho, estudiado y luchado por todos, se vea sola y pidiendo un visado a Messieurs le Président de Francia.

Es una de las novelas llena de sensibilidad y de humor, tan lejos de las novelas militantes y retóricas de buenos y malos que a menudo se escriben sobre el llamado tercer mundo. Y algo mas, para mí muy, muy importante: una hermosa historia de amor entre dos, hacia los demás y el progreso, y para un país que no dibuja sus fronteras porque no coincide con las que Francia trazó en el continente desolado.

TARÁNTULA. Thierry Jonquet. Ediciones B

¿Cuál es el limite de un ser humano para llegar hasta el más lejano de los abismos y volver de él, completamente transformado? ¿Cuál es el motivo para empezar a caminar hasta él? ¿Qué desencadena la aparición del lado más terrible de un hombre? ¿Qué hace que otro acabe sometido a una feroz disciplina que lo destruya para siempre y sienta agradecimiento por ello, y felicidad por la sonrisa de su verdugo? Tarántula, de Thierry Jonquet, parisino de 1954, ávido lector de periódicos y uno de los principales autores franceses de novela negra, leído y premiado, da algunas pistas. Richard Lafargue es un adinerado, burgués, culto y prestigioso cirujano plástico dedicado a construirle un cuerpo nuevo a quien pueda pagarlo. Y, por lo visto, capaz de ofrecer también mentes nuevas sin recuerdos, aunque no lo quieras. Es viudo y padre una hija: Viviane. Es también, en apariencia, conviviente con Éve, una extraña, sometida, ansiosa, hermosa y joven mujer, a la que mantiene encerrada y preparada siempre para los grandes y caros lujos que le ofrece y para las grandes e inexplicables torturas a las que Richard le somete. Entregada solo a los afanes de sobrevivir merced a las pipas que Tarántula le ofrece cada noche, cargadas con las sustancias del olvido. Viviane está loca por algo que ocurrió en su vida y vegeta dolorosamente en los lapsos de tiempo que transcurren entre los ataques que empeoran su estado. Recuerda y le duele. Y queda un cuarto protagonista: Alex, un ladrón y macarra de poca monta, origen del conflicto y victima futura del horror de un trío que se convierte en cuarteto y que no acabará. El mismo irá, sin saberlo, en busca de un verdugo ávido y de un reencuentro mortal.

Dice el autor de está maravillosa novela negra para lectores y lectoras poco amigos de la novela negra, que sus historias siempre nacen en la prensa diaria. Inspiradas en crónicas periodísticas. No en vano los periódicos son un fiel reflejo del mundo de barbarie, violencia y desolación que tenemos. En sus libros siempre hay un poco de obsesión profesional más allá de la literatura y de su experiencia laboral como ergoterapeuta, una especie de reeducador social que utiliza los trabajos manuales y la educación física como terapia. Sus métodos no gustaron a muchos de sus compañeros. En algunas de sus novelas narra, de hecho, a modo de denuncia, los malos tratos sufridos por algunos jóvenes con problemas mentales y disminuciones, y sus recuerdos con jóvenes amputados físicamente. Jonquet, un poco harto, escogió trabajar algunos años después en una escuela pública especial de los suburbios de París. Militante de la izquierda francesa, ha firmado tres libros como Ramón Mercader.

Bajos instintos y respuestas sórdidas elaboradas por mentes brillantes. Y aún así, Thierry Jonquet, no escribe pensando en términos de thriller norteamericano. Escribe narrativa brillante, directa y contemporánea y enlaza los sentimientos y temores de estas cuatro victimas de su propio mundo, con las acciones de las que serán victimas, en caminos paralelos pero confluyentes. Un camino al desbarajuste mental humano que nace de la venganza. Una metáfora de la culpa. Una retorcida aventura de desprecios.

LOS JARDINES SECRETOS DE MOGADOR. Alberto Ruy Sánchez. Alfaguara



Mogador es el sueño, la obsesión, el mito. El nombre portugués con que la metrópoli bautizó a la actual Esaouira marroquí, una ciudad fortificada en la costa, blanca, azul y verde, antigua meca de hipis y surfístas que hoy conviven con turistas, más o menos informados, y con estudiantes coránicos. La vieja Mogador está siempre azotada por los vientos alisios y sobrevolada por hambrientas gaviotas, y rememorada y recreada por este autor mejicano, nacido en el Distrito Federal y educado en París, donde se hizo doctor en letras, crítico de arte y un fabuloso escritor. Fabuloso en su acepción de magnífico y de fabulador, porque Ruy Sánchez recrea la vieja ciudad pesquera y defensiva sin poner ni quitar un solo ladrillo, pero añadiéndole una dimensión erótica inabarcable.

Esta novela cuenta la historia de Fatma, embarazada, deseada y deseosa, que exige a su amante un cambio de actitud en forma de reto: nunca más haremos el amor -le dice- si no me traes, cada vez que vengas a verme, un jardín nuevo hallado en Mogador. Solo que en Mogador, aparentemente, hay un solo jardín. Ella desea otra mirada y otro tacto en los ojos y las manos de su amante, ahora que está embarazada. Y él se lanza en busca de nuevos jardines que no encuentra, hasta que asaeteado por el amor y el deseo, siempre el deseo y su ley implacable, descubre el secreto de su búsqueda: los jardines no solo han de ser vegetales. Y la ciudad se despliega y repliega ante él. Descubre jardines de colores, de aromas, de miradas, atraviesa el zoco, se fija en las manos de las jóvenes decoradas con henna, olfatea en los puestos de especias, se pierde en las cerámicas de las fuentes urbanas, se embelesa ante la vieja caligrafía árabe, y se olvida de si mismo en las almenas y las torres que fortifican Esaouira. Mientras, Fatma goza de los descubrimientos y piensa en su abuela y su valor.

La sensualidad, el deseo y la espiritualidad, en una vibrante terna, llenan las páginas de esta romántica novela. Dice Ruy Sánchez que la cultura islámica siempre ha unido la sensualidad y la espiritualidad. En la música, en el arte, en la comida.... y en el amor. Y en Los Jardines Secretos de Mogador, ayudado por las imágenes del artista árabe Hassan Massoudy, convierte cada frase y cada paso del amante de Fatma en la unión perfecta entre ambas cosas. El cubano Severo Sarduy, que inventó su propia lengua del deseo y el exceso, calificó esta novela como un descubrimiento del lenguaje.

Alberto Ruy Sánchez es un hombre muy culto y sensible. Cree que México y Marruecos son hermanos, que, pese a la distancia, el desconocimiento mutuo y el descreimiento que tal idea suscita, comparten arte y costumbres porque ambos son hijos de la cultura andalusí. El descubrió Mogador huyendo de la vorágine parisina y eligiendo el destino de descanso más barato que encontraron. 25 años después, va todos los años y ha contagiado su obsesión a sus dos hijos que ya tienen amigos y vida propia en la ciudad.

Los jardines..... está trabado como una especie de tejido árabe, una alfombra, en la que mezcla las texturas más delicadas. No en vano, en México, Ruy, creó y dirige la Revista de Artes y Letras, en la que de manera muy habitual publica trabajos sobre telas y cerámica del mundo.

Ruy Sánchez es un hombre multipremiado en su país y en Francia y recién descubierto en España. En 2003, ésta novela mereció el premio “Cálamo- Otra mirada” que la librería zaragozana y sus clientes otorgan al mejor libro del año. Deslumbrado por ésta maravillosa novela irás a Esaouira, para soñar entre sus muros, sus cuestas y su playa porque Mogador es el sueño, la obsesión, el mito.

EL VUELO DE LA LIBÉLULA. Martín Page. Tusquets editores


Fio Régale vive en un apartamento muy grande y desordenado del centro de Paris, cría a un camaleón al que nunca ve, está sola en el mundo desde la muerte de su abuela y sus padres, atracadores de bancos, a excepción de su amiga Zora, rica, extravagante y ex modelo, bebe constantemente te sin azúcar y consigue financiar su vida chantajeando a ricos que no sabe qué secretos ocultan. Simplemente les dice “sabemos lo que ha hecho” a algunos poderosos y uno de cada diez pagan porque esconden basura en su conciencia. Fio les pide que dejen una bolsa de dinero, “no mucho, lo suficiente para vivir” en un parque y vigila la operación a distancia pintando lo que se le ocurre sobre un caballete. Hasta que un día el todopoderoso Ambroise Abercombrie, “el que mueve los hilos desde la sombra en el mundo del arte”, que ha sido chantajeado por Fio decide al morir dejarle en herencia todo su apoyo para sus cuadros. La vida de Fio, sin que su espíritu parezca notarlo mucho, cambia de repente. Pero no lo aguantará. Comienzan a aparecer expertos marchantes, artistas de vanguardia, críticos reaccionarios, la retaguardia pictórica, ricos estúpidos, envidiosos amargados, ministros de cultura, zoquetes millonarios, periodistas embusteros y una retahíla de rendidos admiradores de la nueva revelación del arte a la que no conocen y de la que jamás han visto una obra. Pero ni falta que les hace porque el mundo de cristal y banalidad en el que se mueven no habla de certezas y sentimientos, sino de verdades asumidas dictados por otros que llaman Modernidad y Arte. Y ese es precisamente el hilo argumental de esta novela tan poética y cínica: la construcción de un nuevo ente al que todos los modernos, entendidos y amantes del arte deben adorar. Pero Fio es otra cosa. Es una joven solitaria y triste que pinta como entretenimiento cuadros sin valor y lee novelas. Es leve y profunda como una libélula, el animal que le ayudo a trazar su vida y sus objetivos de niña, como recomendaba su abuela, una tarde de tormenta. Utiliza un respirador artificial abandonado por una clínica para volver a sentir en su habitación el aroma del tabaco cubano Populares que fumaban sus padres, y sentir de nuevo su presencia y su olor como una de las pocas cosas importantes de la vida que ella vive, “su familia, por alguna extraña razón biológica, está compuesta solo por muertos”.

El vuelo... es una novela profunda y poética, crítica e ilustrada, llena de verdades frívolas e inconsistentes para denunciar un mundo frío, falso, plástico, desconfiado y banal. Martín Page (pronúnciese Martán Pash, que es francés, no anglosajón), es un joven brillante y un tanto doliente y dolido. En sus dos novelas anteriores (también es autor de guiones cinematográficos y de obras teatrales) trazó de modo gracioso y a veces hilarante los caminos por los que la humanidad se vuelve cada vez mas estúpida y simple mental, cómo el tiempo y el dinero no se usan para ser mejores seres humanos en lo material, lo sentimental y lo espiritual, sino para vivir en un mundo que perdió su sentido. Tiene veintinueve añitos y decidió ser escritor a los diez, practica una literatura profunda, intelectual y sensible y cree en el sentido del humor y la ironía -síntomas de inteligencia- como armas de la resistencia. En esta novela, Fio es salvada primero por su amiga y la irónica desconfianza, y después, por el Sena y el invierno cuando la soledad y la nueva vida que comienza, llena de dinero, cócteles, cenas, fiestas, inauguraciones y admiradores, quiebran su sensibilidad. Y Fio reacciona como la libélula que vio a los ocho años y que saltó de su mano para perderse en la lluvia. Ella salta de la mano de su guapo y servicial mentor para perderse en la bruma para siempre.

UN VIEJO QUE LEÍA NOVELAS DE AMOR. Luis Sepúlveda. Tusquets editores

Idilio no se parece nada a su nombre. Es un remoto y diminuto pueblo amazónico nacido de los vanos engaños del gobierno para hacer que nuevos colonos pudieran con la selva a cambio de propiedad, herramientas, formación y ayuda para convertir las riberas de sus caudalosos ríos, en campos y huertos domesticados. Está en la región de los indios shuar, salvajes, cooperativos, fuertes y muy orgullosos, que aquí desconocemos como jíbaros. En El Idilio vive Antonio José Bolívar Proaño, un solitario demasiado raro y valiente como para ser blanco y demasiado blanco para ser shuar y ser reconocido por la selva. Un día, José Bolívar decide dedicar sus noches a leer novelas de amor, de las que cuentan historias de “amor verdadero, del que hace sufrir”. Lee cuatro por año y se las suministra su amigo Rubicundo Loachamín, dentista nómada a lomos de una barcaza, que saca dientes anestesiados con un buche de aguardiente y una diatriba constante contra el gobierno. Bolívar se enfrenta a la única representación del gobierno en El Idilio, en forma de alcalde, para eliminar una hembra de tigrilla, muerta de dolor porque los cazadores insaciables han matado a sus crías. No entienden que han roto un equilibrio irreparable. Son los indios shuar los que amarán y acogerán a Bolívar y le enseñaran como tratar, entender y vivir en la selva, a la que los despiadados blancos creen dominar por estar armados hasta los dientes y desarmados de corazón.

Un viejo que leía..... es una novela fascinante, esperanzadora, ecologista, critica y moral. Moral en el sentido mas didáctico de la palabra porque el tono claro, hermoso y emocionante que exhibe, hace que las aventuras de José Bolívar queden en el corazón de un amante de la literatura, en la mente de un ciudadano incómodo en el mundo, y en el alma de un ser vivo consciente de ser parte de la tierra viva.

Sepúlveda (Ovalle, Chile, 1949) es un exiliado chileno sin patria. Periodista, navegante, escritor y militante ecologista. Un tipo serio y muy viajado que salió huyendo del Chile que Pinochet llenó de celdas, miedo y muertos, con destino a Buenos Aires, y que acabó llegando a Holanda. Ahí se hizo periodista y locutor; en Alemania, miembro activo del Partido Verde; en Cuba escribió; en Nicaragua fue guerrillero sandinísta contra Somoza; y en Asturias se enamoró y empezó a publicar en serio casi toda su obra ya escrita y que había creado a partir de sus experiencias y sueños, y que utilizó par conjurar la soledad y sus deseos de un mundo mejor, al menos distinto, que ya sería algo. Antes había sido grumete en un barco ballenero que sigue repudiando, y durante varios años dirigente de Greenpeace en cuyos barcos dirigió campañas internacionales que aun sigue llevando a cabo para España y Chile, sobre todo.

Sepúlveda cuenta que casi todas sus novelas estaban ya escritas o pergeñadas antes de que la primera encontrara editor. Lo hizo porque no quería lanzar un libro suyo al mundo sin que le siguieran otros de los que estuviera orgulloso. Ha publicado también relatos y novelas cortas, y un cuento infantil que escribió para su hijo, Historia de una gaviota y del gato que le enseño a volar, en la que en realidad traza una hermosísima historia de cooperación y valor, de tono ecologista, que los adultos deberíamos tener en la mesilla. Luis Sepúlveda fue colaborador de El País Semanal durante un par de años publicando una suerte de crónicas noticiosas de viajes y opinión espléndidas, que luego tomaron forma de libro bajo el titulo de Patagonia Express e Historias Marginales. Esta novela es un canto a la resistencia moral y vital de quienes aman la tierra y el equilibrio.

LA ISLA DEL AIRE. Alejandro Palomas. Mr.Narrativa, 2005.


¿Cuál es el valor de las palabras? ¿Cual el valor de la sinceridad, y cual el valor de atreverse a ser y hacer, y sobre todo a decir, lo que uno es y piensa? Esta tierna novela es la reunión de cinco mujeres de tres generaciones de una misma familia durante treinta y ocho horas, y la permanente memoria de la hija, nieta y hermana desaparecida, que concita la ternura y los amores de todas ellas bajo el ala protectora y manipuladora, a veces también destructora, de Mencía, la abuela y madre. La Isla del Aire es un relato que se va cosiendo por partes, como esas viejas mantas de las abuelas que no acaban de tener sentido hasta que están terminadas del todo, y que se confeccionan con pedacitos de telas y lanas viejas. Mencía tiene un brazo roto y espera una operación, es más larga que un día sin pan y un poco bocazas, pero su edad y estatus le permite decir lo que le viene en gana y hacerse la pirada cuando le conviene. También es capaz de hacer hablar a las demás, de lograr que digan lo que no quieren decir pero necesitan expresar. Comparte cuarto con Bea, llena de herpes que la funden de dolores y más sola que la una, en la casa de Lía, madre e hija de ambas, también sola. Acoge por momentos a la otra hija, Inés, con un secreto amor que no la deja vivir, y a Flavia, hermana de Lía y llena de un amor-odio destructivo por la bruja de su madre a la que necesita para vivir con cierto equilibrio. En estas horas compartidas se abren muchas puertas y se caen muchos muros, se reconocen muchas locuras y secretas vergüenzas y se dibuja la verdadera historia del corazón de cada una, cinco vidas guiadas por los sentimientos hasta el acierto y hasta la traición. Se deshacen del peso del pasado y hasta se descubren a sí mismas más fuertes de lo que creían.
Alejandro Palomas ha conseguido hilar todas esas conversaciones, pensamientos y discusiones, unir confesiones y recuerdos, con una claridad pasmosa y con una ternura impagable para comprender y querer a estas cinco mujeres amarradas al optimismo para poder seguir vivas. Se creen solas pero se tienen las unas a las otras, y todas, un recuerdo imborrable de Helena, la hija, hermana y nieta que se marcho y dan por perdida en el mar. Ella es también una fuerza telúrica que las ayuda a vivir. Palomas volvió a usar de la ternura y el humor, y también a regodearse en la sentimentalidad, para escribir su tercera novela, (tienes otras tres más) llena de mujeres y de afectos y de causas pendientes del corazón que poner al día. Una novela deliciosa, poética y profunda, de muy ligera lectura, tan real como la vida misma. Y al final del todo un faro. Una metáfora luminosa para seguir peleando en la vida. Uno real en la isla que aman frente al mar que aman y uno vital, la vieja Mencía que les devuelve la fuerza perdida y su norte.

Fernando Rivares

Nacido en Zaragoza en 1970. Periodista, editor, escritor y activista. Ha presentado y dirigido programas en la cadena SER y en Aragón TV (en otro tiempo), escrito en el fenecido Diario 16 de Aragón y El Día y trabajado como editor en plantilla. Pero vio la luz y se libró de los horarios y los jefes y se hizo libre y free lance (o sea, por cuenta propia), “sin amo ni patrón” como le gusta decir a veces.

Columnista de El Periódico de Aragón, firma invitada semanal en CadenaSER-Aragón, guionista, comisario-coordinador de exposiciones sobre desarrollo urbano, profesor en el Master de Género y Coeducación en la Universidad de Zaragoza y responsable del Proceso de Participación y de Comunicación de la Candidatura de Zaragoza para la Capitalidad Europea de la Cultura de 2016. Hoy se dedica al periodismo cultural y la comunicación del Teatro de la Estación, uno de los más prestigiosos teatros independientes de España.

Ecologista y vegetariano, ama a todos los animales menos a las moscas que pueden con la paciencia de cualquiera (aunque se tiene que aguantar), realiza talleres de comunicación ética para organizaciones sociales, es militante político de numerosas causas, lector empedernido, cultiva su propio y diminuto huerto urbano y es amante del vino y su cultura. Aunque siempre bebe mucho más te.

Prepara la publicación de su primera novela mientras ultima la escritura de la siguiente y todavía espera que el mundo cambie a base de conciencia y afectos.