
¿Cuál es el valor de las palabras? ¿Cual el valor de la sinceridad, y cual el valor de atreverse a ser y hacer, y sobre todo a decir, lo que uno es y piensa? Esta tierna novela es la reunión de cinco mujeres de tres generaciones de una misma familia durante treinta y ocho horas, y la permanente memoria de la hija, nieta y hermana desaparecida, que concita la ternura y los amores de todas ellas bajo el ala protectora y manipuladora, a veces también destructora, de Mencía, la abuela y madre. La Isla del Aire es un relato que se va cosiendo por partes, como esas viejas mantas de las abuelas que no acaban de tener sentido hasta que están terminadas del todo, y que se confeccionan con pedacitos de telas y lanas viejas. Mencía tiene un brazo roto y espera una operación, es más larga que un día sin pan y un poco bocazas, pero su edad y estatus le permite decir lo que le viene en gana y hacerse la pirada cuando le conviene. También es capaz de hacer hablar a las demás, de lograr que digan lo que no quieren decir pero necesitan expresar. Comparte cuarto con Bea, llena de herpes que la funden de dolores y más sola que la una, en la casa de Lía, madre e hija de ambas, también sola. Acoge por momentos a la otra hija, Inés, con un secreto amor que no la deja vivir, y a Flavia, hermana de Lía y llena de un amor-odio destructivo por la bruja de su madre a la que necesita para vivir con cierto equilibrio. En estas horas compartidas se abren muchas puertas y se caen muchos muros, se reconocen muchas locuras y secretas vergüenzas y se dibuja la verdadera historia del corazón de cada una, cinco vidas guiadas por los sentimientos hasta el acierto y hasta la traición. Se deshacen del peso del pasado y hasta se descubren a sí mismas más fuertes de lo que creían.
Alejandro Palomas ha conseguido hilar todas esas conversaciones, pensamientos y discusiones, unir confesiones y recuerdos, con una claridad pasmosa y con una ternura impagable para comprender y querer a estas cinco mujeres amarradas al optimismo para poder seguir vivas. Se creen solas pero se tienen las unas a las otras, y todas, un recuerdo imborrable de Helena, la hija, hermana y nieta que se marcho y dan por perdida en el mar. Ella es también una fuerza telúrica que las ayuda a vivir. Palomas volvió a usar de la ternura y el humor, y también a regodearse en la sentimentalidad, para escribir su tercera novela, (tienes otras tres más) llena de mujeres y de afectos y de causas pendientes del corazón que poner al día. Una novela deliciosa, poética y profunda, de muy ligera lectura, tan real como la vida misma. Y al final del todo un faro. Una metáfora luminosa para seguir peleando en la vida. Uno real en la isla que aman frente al mar que aman y uno vital, la vieja Mencía que les devuelve la fuerza perdida y su norte.