jueves, 24 de septiembre de 2009

Vivir (bien) con menos


Se puede y se debe vivir con menos. No solamente igual de bien de lo que podamos vivir ahora sino mejor. Colectiva e individualmente. Hablo en términos generales, no si en tu hogar ya no hay ingresos o son muy escasos, pero sí, si formas parte de la clase obrera o las clases acomodadas. Desisto de contarles nada de esto aquellos que se hicieron ricos, desde luego no trabajando sino por otros caminos, quizá legales pero no éticos, como la explotación, las cuentas B o la especulación. ¿Conoces a alguien que se haya hecho rico de verdad trabajando éticamente.
¿Cómo vivimos bien con menos? Le he robado el título que, por otra parte, ya es un suspiro de miles de personas y el nombre de una intencionalidad colectiva que muchos y muchas practicamos, a un librito coordinado por Jorge Riechmann y escrito por él mismo y Manfred Linz y Joaquín Sempere. Los tres son investigadores: Riechmann en el Instituto Sindical de Trabajo, Ambiente y Salud, Linz en el Instituto Wuppertal y Sempere en la Universidad de Barcelona. Así que también cito las tres claves básicas de las que ellos hablan en el texto que les publicó Icaria en 2007: eficiencia, coherencia y suficiencia.
Los tres preceptos son inseparables, los tres imprescindibles, pero solo funcionan unidos. “La eficiencia se orienta al mejor aprovechamiento de la materia y la energía y un mejor uso de los recursos naturales; la suficiencia trata de lograr un menor consumo y una mucho menor demanda; y la coherencia se orienta hacia tecnologías compatibles con la naturaleza que aprovechen los ecosistemas sin destruirlos.
Desde luego que este ansiado modelo por algunos de nosotros y de nosotras empieza por cada individuo. Una especie de austeridad voluntaria lo llaman estos pensadores, pero, al igual que los tres preceptos básicos, ese tipo de actitud debe ir acompañada de un cambio más generalizado o del impulso para que eso ocurra y sea posible y una especie de austeridad obligatoria mediante leyes y normativas legales y económicas que ayuden aun cambio cultural profundo.

¿Y la economía? ¿No afectara esto a la economía? Por supuesto, casi todo afecta a la economía. Depende de si lo hace para bien o para mal, de cuanto, de cómo y de en qué plazo. Pero de eso se trata. De echo, el librito de los tres pensadores dedica un capitulo entero a responder a esa pregunta.
El libro termina con pequeños textos casi poéticos. Pero no creas, es una lucha contra la mayoría consumidora. ¿Empiezas ya?