sábado, 31 de octubre de 2009

Alfonsina Storni


Oveja descarriada, dijeron por ahí.

Oveja descarriada. Los hombros encogí.

En verdad descarriada. Que a los bosques salí;

estrellas de los cielos en los bosques pací.

En verdad descarriada. Que el oro que cogí

no me duró en las manos y a cualquiera lo dí.

En verdad descarriada, que tuve para mí
el oro de los cielos por cosa baladí.

En verdad descarriada, que estoy de paso aquí.
De El Dulce Daño (1918)


Del romanticismo al modernismo y, luego, a la modernidad, Alfonsina Storni, argentina de origen suizo y ascendencia italiana, fue casi todo lo que no le convino en su tiempo: madre soltera, actriz independiente, emigrada, rebelde, poeta, excentrica, solitaria y suicida. Pero no porque quisiera, sino porque todo eso valía más que el somentimiento que se esperaba de las mujeres en su época (en todas las épocas). En su segundo poemario publicado, El Dulce Daño, en 1918, escribe: "Soy superior al término medio de los hombres que me rodean, y fisicamente, como mujer, soy su esclava, su molde, su arcilla. No puedo amarlos libremente; hay demasiado orgullo en mi para someterme".

Se hizo más famosa tras su muerte, suicidada arrojandose al mar desde una barca, ("Mar, dame el inefable empeño de tornarme soberbia, inalcanzable"), que sus versos habían anunciado, y que luego fueron tan sobrevalorados como en vida despreciados, porque su estilo no se ajustó al verso dulzón, empalagoso y falsamente romántico de las poetisas de la época. Reventó moldes y convenciones desde muy pequeña.

Pero es una poeta que me gusta mucho, justamente por la dosis justa de romanticismo, enclavada luego en el modernismo y con una personalidad que pocas y ninguno se atrevió a poner en práctica con sus versos, mientras vivía como maestra rural y despreciada con un hijo sin hombre, hasta que decide dedicarse sólo al periodismo y la literatura escribiendo alguna novela y varias obras teatrales.

Sus versos fueron su biografía: ("Soy un alma desnuda en estos versos/ alma desnuda que angustiada y sola /va dejando sus pétalos dispersos).

Luego le escribieron canciones para glosar su poetico suicidio, reescribiendo versos propios de sus últimos libros. Hay algunas generaciones de españoles y españolas que quizá se acercaron a los versos de Alfonsina despúes de estas canciones y de la que escribió Javier Krahe en los tiempos de La Mandragora, poniendo música a un poema de amor de su libro De la Inquietud del Rosal (1916) llamado Al oído: "Si quieres besarme... besa, -yo comparto tus antojos-/ más no hagas mi boca presa, besame quedo en los ojos./ No me hables de los hechizos, de tus besos en el cuello.../ están celosos mis rizos, Acaríciame el cabello.

Y hay uno que me gusta especialmente, y que hoy se interpreta como el preludio de su decidido final, de cuya modernidad luego aprenderían otros poetas y que compartía con sus adorados Gabriela Mistral y Rubén Darío. Se llama:


Voy a dormir

Dientes de flores, cofia de rocío,

manos de hierbas, tú, nodriza fina,

tenme prestas las sábanas terrosas

y el edredón de musgos encardados.

Voy a dormir, nodriza mía, acuestame.

Ponme una lámpara a la cabecera,

una constelación, la que te guste:

todas son buenas; bájala un poquito.

Déjame sóla: oyes romper los brotes...

te acuna un pie celeste desde arriba

y un pájaro te traza unos compases

para que olvides... Gracias. Ah, un encargo:

si él llama nuevamente por teléfono

le dices que no insista, que he salido...

viernes, 30 de octubre de 2009

Fantasmas en la bruma

Dentro de dos días y una noche, los fantasmas de la conciencia abrumarán al pobre Tenorio, víctima de sus ardores y sus arrebatos de hidalgo rico, misógino y malcriado. En medio del cementerio, adonde sin querer, sus pasos le han llevado, las almas de Don Gonzalo y Doña Inés aprovecharan la noche de las ánimas, que aquí llamamos “Todosantos”, para reprocharle su violencia y su desatino e iniciaran un desfile de arrepentimiento e insolencia inútil y tardía que Tenorio, desesperado, querrá quitarse de encima. Don Juan, apurado, dirá: “Culpa mía no fue; delirio insano me enajenó la mente acalorada….Jamás mi orgullo concibió que hubiera nada más que el valor”. Antes fue un chulico: “Cuan gritan esos malditos. Pero, ¡mal rayo me parta, si en concluyendo esta carta, no pagan caros sus gritos!”; quiso esparcir la mierda como un ventilador antes de que se inventaran y echar la culpa al primero que pudiera: “Llamé al cielo y no me oyó, y pues sus puertas me cierra, de mis pasos en la tierra responda el cielo, y no yo”; y a última hora pedirá leve clemencia y el perdón con lagrimitas en los ojos: “Mañana a los sevillanos aterrará el creer que a manos de mis víctimas caí…pues me abre el purgatorio un punto de penitencia, es el dios de la clemencia..”.
Se me antoja que hoy, escuchar a tantos gestores públicos vomitar inmundicia y callar o presumir de su mierda, exhibir su incapacidad, disimular su cobardía y su terrible falta de imaginación, e intentar hacernos creer que no saber enfrentar problemas reales es sólo un punto de vista del que mira y un error de percepción del que juzga, tiene mucho del Tenorio presuntuoso y luego caído, pero sin la gracia del personaje y la poética de sus palabras. Primero dijeron: “Yo te lo hago con discreción, te saldrá barato”; luego: “No sabía nada, pensé que lo hacían todos. Tu más, esto es una conspiración y una campaña del enemigo”; luego: “En el partido no me avisaron”.
Ahora, todos esos personajes salpicados por la corrupción que pueblan los deprimentes informativos matinales, y los gestores incapaces de afrontar problemas serios, están en la escena primera del acto tercero de Don Juan. Echan la culpa a otros y cantan, como una Janet desangelada en los sesenta: soy corrupto (o inútil) porque el mundo me ha hecho así.
No sabemos si llegará la escena segunda en la que las victimas ajustamos cuentas o la cuarta y última en que pagan sus delitos. En el Tenorio de Zorrilla, son sus víctimas las que vengan y el pueblo sevillano horrorizado el que se despierta con la muerte de Don Juan acongojado por su conciencia. En la vida real, la desmemoria apacigua el enfado y los que se las llevaron, reposan al calor de su dinero sucio. En el teatro, las brumas de noviembre ajustan cuentas con los despropósitos de Don Juan. En el mundo del cambio climático, acelerado como en una carrera de Motorland, el olvido sigue a la polvareda y los corruptos no pagan ni consecuencias electorales ni de desprestigio. El Gran Teatro del Mundo, que describieron Shakespeare y Calderón.
Las calabazas y los disfraces de Halloween, que los yanquis y el mundo creen una tradición del imperio aunque sea otra exportación europea que la generación de mi padre ya celebraba hace setenta años, acabaran siendo la única metáfora teatral de estos días; un susto y luego una sonrisa.
Zorrilla, que era listísimo, y hoy hubiera bordado su radiografía de la mente y los instintos humanos en algún blog irreverente.

Publicado en El Periódico de Aragón el 30.10.09

miércoles, 28 de octubre de 2009

El cambio climático como negocio


La lucha contra el cambio climático ahora
por Jesús Castillo

En los años sesenta, se comenzó a discutir la posibilidad de que el dióxido de carbono (CO2), entre otros gases de efecto invernadero (GEI), fuera el responsable del calentamiento global. Hoy en día, prácticamente nadie pone en duda la existencia de un calentamiento de origen antrópico y, conforme se analizan sus consecuencias, se va dibujando un futuro mucho más inhóspito para la mayor parte de la Humanidad. Este agravamiento pone de manifiesto la importancia de reaccionar decididamente desde ya y durante los próximos 50 años, antes de que sea demasiado tarde. La cuestión principal ahora es: ¿cómo ponemos realmente freno el cambio climático?
Cambio climático = negocio
El cambio climático es un negocio magnífico para muchas empresas transnacionales, por lo que no les interesa frenarlo. Las inversiones en adaptación a las consecuencias del calentamiento global moverán un capital cercano al 20% del PIB mundial en los próximos 50 años, mientras las inversiones destinadas a reducir las emisiones de GEI (mitigación) supondrán tan sólo una inversión máxima del 5%. Además, el sistema productivo capitalista muestra una fuerte inercia, resistiéndose a cambios radicales en el mix energético, con las “empresas del carbono” (petroleras y automovilísticas) a la cabeza.........
Leerlo todo en:

sábado, 24 de octubre de 2009

Investigar o no

Aragón, en su afán imitador, también reduce escandalosamente la inversión en I+D. Lo que parece es que no aprendemos la lección, que preferimos seguir perseverando en el error y en el modelo desarrollo de depredador mantenido hasta ahora, que sube como la espuma de una cerveza agitada y cuando baja, te deja chipiao y sin emociones. En efecto real de las hermosas y vitales palabras del presidente Zapatero sobre el comienzo de otro modo de desarrollo ha durado aún menos. Íbamos, por ´fin, ha abandonar el ladrillo como motor y sostén de la economía y poner coto a las locuras bancarias, a buscar en las energías renovables, la ciencia, el bienestar sostenible y el desarrollo de otros sectores productivos limpios y constantes el nuevo modo de ser de la economía española. Pero no es así. Eran palabrerías.
Como decís estos días en el que fuera Director General de Investigación del Gobierno de Aragón entre 2003 y 2007, Jesús Santamaría, un canario enamorado de la ciencia y la tierra en la que lleva años viviendo, "la investigación es una bicicleta, debes llevar una velocidad mínima porque si no, te caes". Nosotros hemos dado de repente al freno delantero sin presionar el trasero, y nos estamos metiendo un porrazo de lujo.
Fue precisamente, con la presencia de Santamaría entre otros, y de un reducido pero ilusionado equipo de personas de ciencia en los tiempos de Ángela Abós como Consejera de Ciencia y Tecnología, en un departamento criado y diseñado por Alberto Larraz y María Teresa Verde, cuando despegó la investigación y lo que aún llamamos I+D en Aragón. De los pañales a los gateos, y de los gateos a la bici con ruedas laterales de apoyo, la investigación y el desarrollo científico conoció un aumento de las ganas, la confianza y el presupuesto que no nos pusieron al nivel de otras comunidades ni de la media del estado pero que nos situaron en un punto de decencia. Del 0´7% al 0´91%, que parece poco (pudo ser mejor, desde luego) pero que supuso un aumento de un 30% del PIB aragonés, mayor que la media española y que dio vida a varios centros y laboratorios de investigación y a varios equipos. En el símil de la bici, no se podía manejar una bici de montaña cuando todavía teníamos algunos problemas con la de paseo.
Pero ahora, eso se puede venir abajo. En el Pignatelli dirán que no, pero es que si, si coges una calculadora y restas los descuentos en el próximo presupuesto.
Hay que ajustar en época de crisis, dicen, para asegurar los servicios sociales públicos. Si, por supuesto, a nadie que no sea Rajoy se le ocurre decir lo contrario, pero sin tocar los fundamentos del nuevo modelo de desarrollo: las renovables, la ciencia y la investigación. Porque entonces, la marcha de proyectos que nos habían colocado en un puesto decente entre quienes investigan, las patentes, los becarios precarios y los equipos de investigación quedaran reducidos a la minimísima expresión cercana a la que tenían cuando empezábamos a financiar la I+D y pensábamos en no parar nunca y en pedalear un poco mejor cada vez y soñar, quizá, con correr el Tour aunque fuera en el pelotón.
Investigar es desarrollarse, la I+D da empleo, bienestar y esperanza a quien cree en el esfuerzo y el desarrollo intelectual. Pero a mí, me da la sensación de que, en realidad, casi nadie se lo ha creído. No la derecha que se escojonó de la propuesta, no el gobierno, el de Marcelino y el de Zapatero, que han volatilizado los presupuestos de investigación, y no mucha gente que no alcanza a saber como se hace país con bienestar, salud, educación y libertades y con una seria apuesta por la investigación y el futuro.
¿No será que, en el fondo, hay mucha gente deseosa de volver a cagarla con el ladrillo y los sueños a gran escala? Especuladores, gobiernos y población que, unos conscientemente y otros inconscientemente, se aliaron para hacer crecer una burbuja que no reventó en la cara y de cuyas heridas aún sangraremos mucho tiempo.
Publicado en El Periódico de Aragón el 23.10.09

viernes, 16 de octubre de 2009

Cocinando

Las cocinas (en las que se cocina) son un entorno de alta presión, se fraguan los platos, las recetas y las conversaciones que definen la vida a la perfección, sus dramas y tragedias, sus grandes vergüenzas y los pequeños actos de los que, después, emanarán las grandes consecuencias como los efluvios de un prometedor banquete o los olores infectos de la putrefacción de la comida olvidada.
Hay ahora unos cocineros de campaña que calientan en hornillos de butano el futuro laboral de miles de obreros en una operación de urgencia, acampados en mitad de un desierto frío y amenazado por un vendaval. Son bastante torpes y tienen los ánimos por el suelo desde que han visto que en la cocina de su contrincante, una mujer fría y despiadada, hay vitrocerámica y su olla está esperando los ingredientes que de noche les robara a los incautos del hornillo. Tiene invitados, varios forajidos emocionales, con menos piedad aún que su cocinera, que sólo aceptarán en el plato las viandas solicitadas antes de sentarse a la mesa, aún sabiendo que los del hornillo y los obreros que esperan el arroz soso y casi frío serán los paganos de su opíparo y depredador festín. En el sur siempre hemos comido más felices que en Alemania pero nos hemos quedado con hambre demasiadas veces. Servirán un menú repulsivo que sólo contentará a quienes se consuelen pensando que peor es el pan duro. Alemania servirá la salchicha de la traición. Con pintas de que se les indigestará.
Hay un cocinero en Zaragoza amante de las florituras, los postres de colores y la repostería fina, entregado a la causa de un recetario internacional que quieren ver ya en su mesa. va por cuenta propia y más le vale. Cocina con el color de la nieve blanca, la multicromía de los jardines floridos, los destellos del ordenador y las luces del teatro. Quiere un menú internacional y renovado que ya le ha permitido exhibir nuevos platos con mucha agua de río y aspira a repetir el éxito de la temporada. Cocina de eventos los llama. Y logra darle la vuelta al viejo menú de siempre.
En la zona de hornos de las cocinas centrales, hay una señora resabiada y taurina que quiere volver a mandar y que está apañando como puede una nueva carta que da miedo. Hay otra, todo sonrisas, que prepara su vuelta de pinche de las cocinas educativas del reino para ocupar el puesto de gran dama de los fogones propios y que, por ahora, se dedica a observar cómo marcha el granero. Y hay un degustador de esfuerzos ajenos que siempre querrá colarse en las despensas de los demás y controlar lo que se come mientras impone su limitado y arcaico gusto gastronómico. Este manda un huevo (como símil alimenticio).
Hay también, muy cerca del mar que no tenemos, una olla a presión que no acaba de dejar salir el vapor de buena manera y que está a punto de estallar. Lo que hay dentro no está claro, pero parece, porque huele mal, que hierven hasta la destrucción algunos cuellos podridos de gallina, marisco valenciano mal descongelado que ya había empezado a ponerse verde y un fermento de envidias, amor al lujo y traiciones coronadas con lágrimas que envidiarían los guionístas de la seria Mujeres Desesperadas. Su menú será el escándalo y la desolación y nos querrán convencer de que es cocina de alto nivel aunque nos den gato por conejo y transgenia por vitamina C.
Aragón y alrededores es hoy una cocina fascinante donde se improvisa demasiado. Pero, quien sabe, el arte culinario está lleno de hallazgos inesperados y, a lo mejor, de entre tanto pinche, descubrimos un gran cheff. O es que, quizá, a la clientela de nuestro comedor le gusta la comida envasada y de microondas y pasan de las exquisiteces y del tomillo de monte.
Publicado en El Periódico de Aragón el 16.10.09

jueves, 15 de octubre de 2009

España trafica mejor

"A mi me parece que un gobierno que habla de derechos humanos, de compromiso por la paz, de alianza de civilizaciones, se dedique a vender guerra, muerte y destrucción" . Aunque todavía falta un trimestre para terminar 2009 me atrevo a decir que esta es la mejor frase que he escuchado durante todo el año.
Su autor es un joven traductor de 29 años llamado...

Así comienza un artículo del periodista independiente Gervasio Sánchez en su blog Los Desastres de la Guerra.
Es un texto comprometido y veraz que recuerda de nuevo cómo la hipocresía hace dinero y cómo los que a algunas personas nos parecen asuntos esenciales en la vida, pierden valor cuando la lejanía física o la aparente lejanía de las consecuencias los diluye en otros menos importantes pero que pasan por más urgentes.
Os invitó a que lo leáis completo y reflexioneis sobre él.


Está en
http://www.soitu.es/

viernes, 9 de octubre de 2009

Internacionales

La celebración de eventos internacionales está lejos de ofrecer lo que ofrecía. Ya no ponen una ciudad en el mundo global y comunicado. Ya no sirven para eso. Pero sí para revisar profundamente nuestra realidad urbana, cultural, sociológica y económica y darle la vuelta con esfuerzos y economías añadidas y un revolcón al espíritu ciudadáno, a veces adocenado y tristón. Y para configurar nuevos modelos de desarrollo. Son una oportunidad única para darnos la vuelta, dársela al territorio y expurgarnos por dentro, como ciudadanía con cierta identidad colectiva. Lo son intenciones como la sede del olimpismo de invierno para Zaragoza, Huesca y Jaca en 2022, la capitalidad europea de la cultura para Zaragoza en 2016 o la concedida expopaisajes también en Zaragoza para 2014. Oportunidades para investigarnos y diseñar estrategias globales y largas en el tiempo para diseñar el territorio en el que queremos vivir y aprender que la calidad de vida de las personas ya no se mide con los viejos parámetros de cuantas camas hospitalarias, cuantas televisiones, coches y km de carretera tiene un país, sino por la calidad de su aire, el número de árboles, el flujo laboral y formativo de sus habitantes, el tiempo de ocio, la movilidad sostenible, la salud física y los hábitos culturales, el esfuerzo y la economía dedicados al cuidado, el número de creadores, la calidad ambiental y las oportunidades laborales.
¿Que podríamos hacer eso sin enredarnos en eventos mundiales? Faltaría más. Pero la energía movilizada, las emociones removidas, su carácter simbólico, la rapidez en el tiempo, su enorme valor publicitario de marca comercial de un territorio son otra cosa. Ya no son intangibles, son realidades que cambian la fisonomía de un lugar que deberíamos aprovechar. Por no hablar de las economías y recursos movilizados añadidos para llevarlo a cabo que se suman a los propios.
Pero hay un pero. Y esa es la cuestión, que en el proceso y el diseño de esos eventos está la clave que convierte la oportunidad en un salto adelante, en un desbarajuste o en un desperdicio. ¿Que podemos hundir el Pirineo para siempre con el 2022? Muy facilmente. Y eso que es muy difícil de lograr sin gana Madrid 2020. ¿Que jugamos a especuladores depredadores en plan Monopoly cutre con Expopaisajes? No es difícil. ¿Que podemos irnos de madre con la capitalidad cultural? Un poco más difícil, pero posible. ¿Cual es el secreto entonces? Que los diseños no los hagan los popes por arriba ni se les abran las puertas a los mantas de la especulación y a los políticos sin imaginación, que no se limite la cosa a edificios o infraestructuras, ni se copien los viejos modelos de urgencia que tanto parecen gustarles a algunos jefes con el culo siliconado al asiento. Sobre todo, a uno que parece mandar en todo.
Sino que esas oportunidades, si se acepta jugar, sean, lejos de la imposición, producto de un proceso participativo asentado en fundamentos atrevidos como los citados antes y que constituyen los cimientos en que las sociedades modernas (que no son hace tiempo las que más lucetas y glamur exhiben, sino mejor y mayor calidad de vida) se sustentan: nivel cultural, ocio, nivel ambiental, servicios y oportunidades y una radical vocación de sostenibilidad que deje réditos de desarrollo y progreso bien entendido. También el coche es un invento que nos acerca al mundo y la primera causa de muerte en España y culpable de buena parte de las emisiones de CO2. Todo depende del conductor.
Tanto confío en ello que propongo uno más. Tras la Expo del Agua, ¿por qué no convertimos a Zaragoza en la referencia mundial o europea del compromiso cívico que haga suyas las demandas de El Faro de la mano de las organizaciones ciudadanas? También ésta es una idea colectiva.
Publicado en El Periódico de Aragón el 09.10.09

domingo, 4 de octubre de 2009

La esencia de Concha Salanova

Tenía que interpretar un papel con vestuario cambiante en un acto en Madrid y necesitaba zapatos de mujer. Me embutí en unos azules de Concha que jamás pudo volver a utilizar después de que mi 43 los deformara y sentí toda la noche que caminaba sobre los tacones de una gran mujer. No sé cómo me quedó el personaje, pero al imitar su paso (un intérprete siempre busca referencias) sentí en la lejanía el valor de una mujer que se ha reinventado a sí misma cuantas veces ha sido necesario para seguir adelante siendo ella misma tirando de sus hijos, su hija y su propia identidad.
Su voz nunca sonó en las ondas hasta que el mismo día de su jubilación la obligaron a hablar en los micrófonos de la SER, pero desde su llegada fue una viga fundamental en el armazón de su Radio Zaragoza. Sujetó los cables y voluntades necesarias para que, lo que luego se llamó producción, funcionara bien. Si la producción previa no es firme, no hay voz ni discurso que después se sustente. Eso fue Concha Salanova, la viga maestra que organizaba, solucionaba, conseguía y posibilitaba cualquier cosa que se le ocurriera a un redactor o un locutor. Y lo que no, también. Fue sustancial en la vida y en la carrera de muchos, la argamasa que juntaba aciertos y la herramienta que limaba desencuentros. Y siempre, debajo de su uniforme de perfecta productora, estaba la mujer, un ser humano excepcional, algo tan fácil de decir cuando alguien ha muerto y tan difícil de mantener cuando alguien vive y compartes alegrías y dramas, éxitos y fracasos y nubarrones mentales en el cielo que hacen difícil la convivencia y la misma vida.
Concha (para mi era Con) olía siempre bien y jamás lució unos labios que no estuvieran perfectamente brillantes y rojos como su corazón y su conciencia. Tenía alma musical, manos de fotógrafa y mirada cinematográfica, tres de sus obsesiones, siempre por debajo de hacer una radio digna y sincera que no siempre vio. Pero todo dejaba de tener importancia e incluso sentido para ella si la reclamaba un amigo (conmigo siempre fue así) o uno de sus hijos.
Alumna de la experiencia en la Universidad de Zaragoza, se enfrentó a sus trabajos de estudiante con la entrega de una atleta olímpica. Jamás dejó de aprender y, sin pretenderlo, de enseñar, entre otras cosas, una dignidad y una elegancia modélicas.
Para algunos era Con, para otros era Conchi, para otros Conchita, para el mundo la Salanova, una mujer de fortaleza evidente, fe silenciosa y discreta resistencia cuyo álbum de fotos podría contar la historia reciente de Zaragoza en el rostro de los personajes que la hicieron con la sombra de Concha detrás. Siempre estuvo en la sombra: en el trabajo, en la vida, en el sindicato que no logramos de acabar arrancar, en la música, en las fiestas y hasta en las historias de los demás. Una sombra de viento feroz que no te refleja sino que te empuja hacia adelante y hasta te rebasa para quitar de en medio los obstáculos que te impiden avanzar. Y lo hizo eternamente en silencio y porque sí.
Su último año fue demoledor, pero hasta en eso fue discreta y animosa. Y cuando decidió parar, paró. Siempre supo qué necesitaban hacer sus amigos antes que ellos mismos. Lo sé, porque fui uno de los agraciados con su sabiduría, su consejo y su amor durante muchos años y hasta el último día. Y lo seguiré siendo a partir de hoy que no está en ningún sitio excepto en los libros de la historia de la radio donde escribió capítulos silenciosos y vitales y en el corazón de quienes la quisimos de verdad.
Publicado en Heraldo de Aragón el 03.10.09

Estampas

Fijense que lúcidas estampas. De un lado la banca española y las grandes corporaciones a las que se les escurre la liquidez como a un bañista las gotas de agua por la coronilla y que, de marzo a septiembre de 2009, han dejado a la bolsa española con una subida del 70% (si, 70, no me sobra un cero), lo que según los expertos correspondería a una economía con un crecimiento del 4%, no con un descenso del 4% como parece ser que sufre la nuestra oficialmente. Esa misma banca que no da liquidez, que no presta, que no rebaja, que sigue aplastando y que sigue jugando con el mismo riesgo que nos llevó al desastre que llaman crisis es la que concede pensiones de jubilación a sus ejecutivos para las que habrá que inventar nuevos epítetos más allá de la palabra vergüenza. Por los servicios prestados, el ya exconsejero delegado del BBVA, José Ignacio Goirigolzarri, 55 años, jubilado anticipado de mutuo acuerdo con la empresa, cobrará una pensión anual de casi 3 millones de euros brutos anuales. Para el pago de esta cantidad vitalicia, el banco tiene provisionados 52,49 millones de euros. No me equivoco, he repasado los números varias veces. La misma banca, toda, que pretende dar lecciones de política fiscal y de política en general. Resulta que alguien te da una puñalada y tu asesino de facto resulta ser el médico que ha de curarte en urgencias.

De otro lado, el trabajador sufriente de un ERE, el autónomo sin préstamo bancario o el parado sin futuro próximo, que acaba de recibir la noticia de suspensión de pagos de la empresa de construcción en la que trabajaba 11 horas diarias al que le adeudan tres meses de salario y al que acusan de retrotraer el consumo "por la psicosis" de la crisis". Es real, trabajaba hasta ayer en una obra pública en Zaragoza. Se llama Ángel y su apellido no importa ni en el INAEM.
En otro nivel de la realidad está la Marcha a Pie por la Igualdad de los inmigrantes que caminan desde Barcelona hasta Madrid pasando por Zaragoza, para reclamar un status de personas trabajadoras frente a la imagen estereotipada de gandul o de robatrabajo al español, una idea tan rancia e injusta como asentada en ciertos sectores de la población que aún no saben que la población emigrada a un país es tan igual y tan distinta a la nacida en ese país como un vecino de rellano a otro, tan de derechas, tan de izquierdas, tan machista, tan igualitaria, tan trabajadora, tan vaga, tan educada o tan inculta como cualquiera. Esta marcha anda plantando un olivo joven como símbolo de paz en cada población en la que para a dormir o descansar. En Aragón, de Fraga a Ariza pasando el día 8 por Zaragoza, donde se le recibirá a las cinco de la tarde en el Puente del Gállego para concentrarse en la Plaza de San Bruno a las siete donde se celebrará un acto de apoyo y recaudación de dinero que ayude a sufragar la marcha. Pueden ver su agenda y sus razones en http://www.faiv.org/

Igual le regalo estas imágenes a la nueva y delicada web que Emilio Casanova, productor, acaba de colocar en la red para recoger pequeñas estampas audiovisuales aragonesas y en la que aparece un precioso librito de personajes históricos aragoneses a los que podríamos añadir arquetipos sociológicos actuales. Pinchen en http://www.estampas.info/ para verlas. Quizá es lo que nos pasa, que nos hace falta que nos pongan en los morros la realidad de las cosas para poder advertirlas. Y ni aún así. Por cierto, ¿que fiscalidad tienen el tal Goirogolzarri y sus amigos? !Puag!.
Publicado en El Periódico de Aragón el 01.10.09