jueves, 14 de enero de 2010

Sarah Waters o las hermanas Brönte en el siglo XXI


Galesa de 1966, premiada, leída, admirada, y también despreciada por los moralista hipócritas, Sarah Waters es una autora del siglo XIX traspasada al XXI y con todas las lecciones de los sesenta, los setenta, los desquiciados ochenta y las revoluciones no terminadas del feminismo, la libertad sexual y la cultura global aprendidas. Muy bien aprendidas. Sus historias son emocionantes melodramas protagonizados por mujeres normales y trabajadoras, que se buscan en cada segundo de su vida, que tienen aspiraciones, que aman y que sueñan y leen pero que viven en un mundo en el que nadie les pregunta si les parece bien vivir o si es así como piensan que debería ser el mundo. Como cualquiera por otra parte, pero con el tono y la dialéctica literaria de una enorme escritora que lleva lo cotidiano en ambientes cotidianos al nivel de la emoción y la aventura sin alejarse de la verosimilitud e incluso el realismo que uno puede ver por la ventanilla del bus urbano o en el bar del desayuno en días laborales.

Y siempre hay amor, historias de amor real que siempre les pido a las novelas, terminen como terminen y que, en el caso de la Waters suelen ser entre chicas sin más aspavientos que el militante empeño por la realidad y la normalidad como podría ser entre cualquiera con cualquiera.

En Falsa Identidad (Fingersmith), dos mundos horribles aunque a veces no lo parezcan, del que parte dos chicas distintas (que tampoco lo parecen) y los apaños de dos monstruos egoístas, dos sistemas vitales terribles y el puente de un hombre hermoso y delicioso con un interior más salvaje que nadie, a las que salva el amor. Una novela eficaz y misteriosa, que tiende puentes a los tonos en los que nadaba a la perfección Dickens, pero cuyo suspense y emoción corresponde más a la vieja novela inglesa del siglo XX y a la sensibilidad hogareña de las hermanas Brönte.

En El lustre de la perla, lo primero que lei de ella, es el mundo del teatro y el vodevil y el olor a marisco de las manos eternamente rojas de una joven pueblerina, los que nos llevan a un mundo de desdoblamientos de personalidad inolvidables.

Ronda Nocturna (Night watch), una soberbia novela escrita al revés, en la que rompe con su propia tradición, y en la vuelve a ser el amor y el instinto de supervivencia que a veces se esconde en la voluntad de pintarse los labios y andar orgullosa, lo que salva de la destrucción de subsistir en un Londres triste y devastado por las bombas alemanas.

Referencia obligada para lectoras lesbianas, y para lectores y lectoras que creen que un buen escenario y una buena historia no tiene limites; para amantes de la novela histórica y para quienes abominamos de ella.

Empieza quizá por Falsa Identidad y luego vuelve a Ronda Nocturna y El lustre de la perla, todas en editorial Anagrama y en bolsillo de unos 10€.

Sin la Waters, la literatura inglesa contemporánea estaría coja, muy coja.

Angels in America. Imprescindible

La mirada recorre desde el aire todo el país, desde San Francisco hasta Nueva York, entre nubes celestiales y puentes monumentales, y en Nueva York, desciende hasta el despacho de Ray Cohn, uno de los más ricos, famosos, poderosos, extremistas y corruptos abogados. Un hombre que controla los tribunales y juzgados y organiza las tramas de asalto al poder del recién elegido presidente de los EEUU, un mediocre actor llamado Ronald Reagan. El abogado, Al Pacino, es gay, tiene sida, vive en el armario y es el azote de los gays visibles y uno de los responsables de la negación de la propia enfermedad que condena sin asistencia, retrovirales, investigación ni derechos a cuantos hombres andan cayendo víctimas de esta pandemia que niegan.
Es la nueva América, la América del honor, el orden y Dios. Frente a él, otra víctima del VIH en estado avanzado, abandonado por su novio, incapaz de sobrellevar la vida de cuidados que le espera a pesar de ser un izquierdista consciente y público; su amigo negro y militante de la pluma y la libertad que nunca le abandona; un joven y guapísimo mormón que se autoflagela por amar a los hombres; su mujer, una desquiciada mormona con dudas de Utah que ve visiones y viaja por el planeta a base de pastillas; y la madre de él, que llega a Nueva York escandalizada y llena de temores y prejuicios, y en el que se queda llena de amor y curiosidad.

Son los 80, la extrema derecha que ha encumbrado a Reagan ha tomado el poder, la hipocresía y la moralina (sobre todo para con los otros) arrasa, el sida no existe oficialmente y la investigación y atención publica se han proscrito. Nos queda el amor y la conciencia, mientras los ángeles han bajado a la tierra para pedirles a los humanos que paren, que detengan todo movimiento, todo avance y renuncien al placer para que ellos puedan hacer regresar a Dios de su abandono y les libere de una carga y una responsabilidad que no pueden sobrellevar. Pero ni los ángeles saben lo que dicen, ni son como uno espera, ni el cielo tiene ningún interés. Es un desierto frío, triste y desmoralizado, lleno de funcionários entregados a un trabajo inútil.
Se hizo una versión para el teatro y una película, pero la serie, una de las mejores que jamas se hayan escrito y filmado, no tiene parangón. Onírica, romántica, profunda, literaria, teatral e imprescindible está escrita por Tony Khusner, dirigida por Mike Nichols para la HBO en 2003 e interpretada en varios papeles a la vez y magistralmente por Al Pacino, Meryl Streep, Emma Thompson, Mary-Louise Parker, Jeffrey Wright, Patrick Wilson, Justin Kirk, Ben Shenkman, James Cromwell, Michael Gambon y Simon Callow.

Canal + la emitió en castellano en 2005. Aquí puedes ver el trailer original: http://www.youtube.com/watch?v=jTDcbJcCGTE

Y aquí descargarla original con subtítulos o en castellano porque, desgraciada y incompresiblemente, no está editada en España:
http://rapidshare.com/files/12317492/4NJLSi4M3RI.part01.rar.html
No puedes dejar de verla si quieres seguir respirando con conciencia. Sublime.