sábado, 17 de abril de 2010

Jueces contra Justicia

Si, título provocador, y no completamente cierto, tampoco completamente falso. La que le está cayendo a Garzón es una de las exuberantes paradojas de la democracia, una de esas que te permite por fortuna decir abierta y públicamente lo que piensas (menos con asuntos relacionados con la monarquía) y, a la vez, comerte un tremendo marrón por hacerlo, atrapado en las garras de los perseguidores de la democracia.
Mi amigo juez dice que Garzón argumenta muy mal, que instruye muy rápidamente, que olvida algunos fundamentos básicos que luego le pasan factura y que su afán de estrellato hace que el orden político se inmiscuya en el jurídico en una mezcolanza mala para todos. Le creo. Porque eso no le impide considerar una afrenta la persecución a su colega y porque, aunque no suscribo por completo su opinión, no tengo conocimientos judiciales suficientes para dudar de ello.
Pero aunque sea así, hay dos consideraciones democráticas y de derecho, superiores a las demás, que se llaman libertad de expresión y derecho al resarcimiento. A buscar la justicia, la verdad y el pago de los culpables de violar el ordenamiento jurídico de la democracia y de desaparecer a más de 100.000 personas y encarcelar a muchos miles más. Y los culpables son hoy quienes siguen juzgando a las víctimas.
La propia Amnistía Internacional, organización solo sospecha para los ultras, considera “insólito que el juez Garzón pueda ser juzgado por investigar las desapariciones de más de 100.000 personas ocurridas durante la Guerra Civil y la dictadura franquista”. Y recuerda que la Ley de Amnistía de 1977 ha sido invocada para “perseguir al único juez que ha intentado dar respuesta a víctimas de desaparición forzada y a sus familias. Si este juicio se produce, será la primera vez en todo el mundo que un magistrado, en democracia, es sentado en el banquillo por intentar conseguir verdad, justicia y reparación para las víctimas de crímenes internacionales. Además, enviará un mensaje tremendamente negativo para otros jueces que lo intenten en España y el resto del mundo”. Recogido, suscrito y apoyado hasta por el Los Angeles Times en una editorial del 22 de febrero, periódico tampoco sospechoso de radical.
El discurso para procesar a Garzón es fascista. Como fascista es la organización que encabeza el proceso para alegría de fascistas con máscara de demócratas y líderes de la derecha política y mediática, que guardan un suave silencio o se escandalizan con que queramos saber qué ha pasado en nuestro país mientras corren un telón sobre las ilegalidades y corrupciones que llenas sus patios como un sarpullido de sarampión. La paradoja de nuevo de que sean falangistas quienes están juzgando a la democracia. Si ganan, habrán vuelto a adueñarse de este país mientras las fosas de los asesinados siguen sin ser abiertas.
Malos jueces y de mala justicia quienes ni recuerdan que “las normas internacionales de derechos humanos dicen claramente que “el crimen de desaparición forzada –como los que quería juzgar Garzón- no prescribe”, y entorpecer su investigación es un delito.Yo he firmado por Garzón o, mejor, por la democracia y la memoria histórica, y he llenado el muro en facebook donde graffitear por el derecho a saber la verdad. ¿Se imaginan juzgar por prevaricación al tribunal de Nuremberg que procesó a muchos dirigentes nazis? ¿Quién desacredita aún más la Justicia?
Por la Justicia Democrática, 24 de Abril, 20´00h. Pza de España.
Publicado en El Periódico de Aragón el 17 de Abril de 2010