lunes, 17 de enero de 2011

Arrebatadora Ludmila Mercerón: Más que un sentimiento


Más que un sentimiento es más que un disco. Es un soberbio proyecto de Ludmila Mercerón, santiaguera maña cada vez más cubana.
Hay que prestar mucha atención al piano tocado por la propia Ludmila en el que respira la mágica tradición bolerista cubana que siempre estuvo atravesada por la cultura jazzística que luego haría escuela en buena parte del mundo. Refleja la mejor tradición sentimental aprendida y creada en Cuba, de una gravedad extrema pero con la finura con la que se frasea cada compás, en los últimos tiempos con cierto requiebro de tristeza. Su piano es intensísimo, pero su voz es trágica dulzura, una simbiosis perfecta para los boleros, algún danzón (Como gotas de sabor), son (Isla Noble) y el sincretismo afrocubano donde el mejor instrumento es la voz humana (No hay perdón), esta última una declaración de voluntad irrenunciable.
Bajo la calidez y la fuerza de la Mercerón se percibe una profunda cultura musical, años de estudio y perfeccionamiento lejos de la práctica de muchos músicos banales que se creen tocados por los dioses y renuncian al esfuerzo y el estudio.
Diez canciones propias y una de Ernesto Burgos con la colaboración de sus amigas músicas, Carmen París y María Pérez Collados, con quienes formó en su día un brillante trío insuficientemente apreciado llamado Entre Nos y Otras.
Este es un disco autofinanciado, con apoyo del Gobierno de Aragón, que harías bien en escuchar y ayudar, si está en tus manos, de ser llevado a un teatro o a cualquier otro escenario. Pero un teatro o un café son su sitio natural. El amor y la tristeza, la fuerza y la esperanza, el desengaño y la ternura, la rabia y la razón saltando sobre un teclado. Se llama Más que un sentimiento. Lo firma Ludmila Mercerón. Y tardas en escucharlo. Y en sentir su arrebato.