martes, 7 de febrero de 2012

Hemos retrocedido en el tiempo

Hemos retrocedido en el tiempo. Somos una estúpida máquina de hacer el ridículo que tiene la posibilidad de avanzar en los siglos y los años, de caminar hacia adelante con paso seguro y, de vez en cuando, saltar para ganar tiempo, pero que ha decidido ir hacia atrás con paso firme y suicidarse con un golpe contra el pasado. Europa ha retrocedido 67 años y España 35. Tal cual.
En 1945, tras la segunda Guerra Mundial, nació Europa como proyecto, como idea incluso, pasando de ser un continente sin identidad a una idea política con la que vivir y progresar en paz. Es verdad que el interés económico fue un gran acicate, pero lo fue más la paz y la convicción de que la reconstrucción de la Europa occidental tras la devastación sólo podía tener un camino. En palabras de Jeanette Winterson en su reveladora y magnífica biografía-novela ¿Por qué ser feliz cuando puedes ser normal? (Lumen, 2012): "la reconstrucción de las sociedades tras la guerra no podía llevarse a cabo usando las caducas y desacreditadas teorías neoliberales del libre mercado: desregulación laboral, precios inestables, falta de atención a los enfermos o los desempleados. Íbamos a necesitar vivienda, muchos empleos, un Estado del Bienestar, nacionalización de los servicios públicos y el transporte.
Fue un autentico avance de la conciencia humana hacia una responsabilidad colectiva; darse cuenta de que le debíamos algo a los demás. Sociedad. Civilización. Cultura.
Este avance de la conciencia no surgió de valores victorianos ni filantrópicos, tampoco emergió de las corrientes políticas de derechas; surgió de las lecciones prácticas de la guerra y -esto es importante- de las lecciones superiores del socialismo." Hasta que Reagan-Tatcher terminó con todo eso.
Hoy, el libremercado, en cuyas entrañas se generó la crisis y en cuyo marco se acrecienta la recesión global, nos ha devuelto a esa situación. Merkosy (Merkel y Sarkozy) se empeña en políticas rancias e individualistas, que en España Rajoy sigue como un cachorro en busca de amo, abandonando lo que hizo fuerte y unida y prospera a Europa y sus miembros, lo que nos sacó de la devastación y el hambre, lo que generó empleo y riqueza y posibilidad de consumo, lo que nos hizo profesionales y mas cultos, lo que extendió la educación y empujo la cultura hacia arriba...
El abandonó de las lecciones del socialismo democrático, de los valores socialdemócratas y la asunción de que el mercado y un estado débil genera riqueza es un error de siglo.
Europa se ve en la misma encrucijada económica y social de hace 70 años por causas distintas. Y España, tras un salto histórico de 30 años, ha vuelto a los 80: millones de personas en paro, cero oportunidades, miseria material, valores conservadores y represores (simbolizados en la nueva ley del aborto y la negación de la diversidad social y las garras de la religión institucional decidiendo de nuevo en la escuela y la política) pero sin la esperanza y la ilusión de hace décadas en que todo sólo podía mejorar y teníamos mucho que hacer.
Hoy, con la sociedad en vías de privatización, la democracia coartada, con el dinero individual como valor supremo, y la educación y la cultura convertidas en elementos superfluos, estamos ente la opción de reforzar una Europa social o desmantelar lo logrado para volver a la casilla de salida. Solo que esto no es el Juego de la Oca. Es la Vida Real.
Pero entonces, ¿donde están, qué dicen y qué hacen los socialdemócratas? ¿Y quienes son?