miércoles, 11 de abril de 2012

"Perdone usted, pero en mi miedo mando yo"

Me acaba de llamar mi amiga Leonor, actriz, cineasta y profesora de cine y actuación ante la cámara. Activa, positiva y optimista como siempre y cómo más les vale ser a las madres y a cualquier profesional por cuenta propia como ella o como yo (profesional por cuenta propia, yo madre, obviamente, no soy). Hemos despotricado contra el mundo y a favor del mundo, del gran potencial de cambio de la cultura y de la superación intelectual y emocional, y de la mierda de sistema financiero y bancario que soportamos y que no es el único posible. De "mi presidenta Merkel" y de "Mariano, el lamentable". Y ha cerrado su conversación con una frase que regala a quien quiera oír, y yo he querido: "perdone usted, pero en mi miedo mando yo".
Suscribo.
No, no voy a temer a sus mercados, sus reformas, su crisis, sus excusas, sus mentiras y su hálito de depresión, porque la depresión es contagiosa y no me puedo permitir el lujo, ni quiero, de deprimirme y consentir, o de deprimirme y congelarme.
Hay tres formas de negar la realidad -me recuerda Leonor- y así evitar asumir tu parte de responsabilidad de lo que está pasando y tu parte de responsabilidad de cambiar este estado de cosas y combatir la destrucción de un mundo: una es la muerte, otra es la enfermedad que te imposibilite reaccionar, y otra es la depresión. Y quienes no aceptamos vivir ahora ninguna de las tres, tenemos que apechugar con la realidad para cambiarla. En tu micromundo, en tu espacio, en tu casa, en tu mundo emocional, en la calle, en tu responsabilidad.
Combate la depresión de la que el mundo se está contagiando. Y nunca te creas que para las cosas hay un único camino y nunca aceptes que no hay más remedio para algo. Siempre hay varias vías. Y hay que escoger.
Algunos, más poderosos que tú, estarán encantados si te rindes.
Lo que nunca sabemos es cuanto poder podemos juntar con mi minipoder, tu minipoder, otros minipoderes...... "Sabemos lo que somos, no lo que podemos llegar a ser" se lee en Macbeth.
La viñeta es del genial "El Roto".