
Göebels ganó su apuesta. La información ha sido sepultada bajo la propaganda, la retórica y la mentira diseñada con objetivos de control y sumisión. Los grandes medios privados tiene sus intereses de mercado y políticos. Los pequeños, los de la subsistencia y los de conseguir las migajas de las campañas institucionales para seguir con su respiración asistida. Los públicos, los de la obediencia ciega a sus gobiernos que ponen y deponen sus caras y sus voces. Los telediarios y los informativos son los viejos partes oficiales. Queda la red donde has de leer con seis ojos y dos cerebros lo que se escribe porque no se contrasta, no se cita fuente y no se data. Se distribuyen mentiras como verdades y se repiten y repiten hasta el infinito en redes casi siempre bien intencionadas mentiras malintencionadas y viejas historias que hace mucho tiempo dejaron de tener sentido.
La comunicación es un gran instrumento para la vida y la evolución. La información es algo difícil de lograr, complicado de definir y muy escaso en el consumo mediático diario. Los poderes políticos y económicos mas conservadores, que son la inmensa mayoría, han creado unos marcos básico de simpleza (que diría George Lakoff) y los medios se lanzan a repetirlo con saña: sin demostrar, sin argumentar, sin contextualizar, sin profundizar. Y ya son verdades asumidas.
No es que tenga una mala mañana ni una mala semana (nunca suelo tener de eso), es una sensación permanente. Nos tragamos diarios, radios y tv, sobre todo tv, tan alejadas de la realidad y de un mínimo de dignidad y capacidad intelectual que estomaga.
¿Que quieres ser periodista hijo mio?, ¿será trabajador de un medio, no? Hay un considerable matiz de diferencia que debes saber ya.
Por si luego te agarras una depresión infinita por haberte creído que la democracia es lo que te han contado.