domingo, 11 de noviembre de 2012

Cómo se construye (o destruye) un país

La disyuntiva está entre tener un país o tener un mercado. Y estamos perdiendo quienes queremos un país frente a quienes creen en la mitología del mercado libre en una operación muy curiosa y que fija marcos conceptuales muy raros. Porque son justamente los que se llenan la boca de pais y usan las banderas y practican una política de realce de los símbolos, quienes están destruyendo el país de verdad. Bajo sus banderas y su monarquía y su manipulación mediática y sus antidisturbios apaleando estudiantes y sus privatizaciones de lo público, y su reduccionismo cultural y su abandono del arte y su destrucción de la escuela, no hay país.
Sólo un ejemplo. El Gobierno Rudi acaba de decidir dedicar menos de medio millón de euros a la cultura en Aragón. A la vez, dedica 7 millones de euros a la enseñanza de religión en la escuela (sólo en la secundaria hay 109 profesores y profesoras de dogma católico y 5 de evangelista que ya cuestan 2,3 millones de euros, añadan la primaria) y ha denegado 4,9 millones de euros en becas de comedor y de libros en este curso. ¿Hacen la cuenta? ¿Ven cómo el símbolo de su rancia moral está por encima de las necesidades de un país? Hagan un trasvase parecido entre los 20 millones de euros adeudados a la Universidad (para mantenerse donde está, no para mejorar) y la insultante reducción de los presupuestos de investigación o el abandono del bilingüismo en la escuela, y su empeño en esa cosa que llaman Marca España (o Aragón y su logo). ¿Saben cómo otros países forjan su imagen? Alemania en la eficacia. Japón en la tecnología. Francia en su cultura. Suecia en su civismo y en los diseños Ikea. Ya saben, cosas para las que hacen falta escuela, cultura, universidad, investigación y apuesta por lo público. Aunque siempre podemos copiar la alternativa de la Marca Marruecos o la Marca India con la exótica mística de su pobreza para turistas primermundistas.
En Aragón, el gobierno Rudi está logrando cotas de pobreza, desasistencia, abandono escolar y desatención sanitaria a niveles de los 70. El abandono escolar prematuro llega al 22,7% y estamos reduciendo hasta la locura la inversión en educación que en 2011 era de 3´5% del PIB frente a la media europea del 5´4%. Este año hay 130 millones de euros menos. A la escuela le hemos quitado en dos años un 14% de presupuesto. A la cultura en cuatro años, un 80%. A la escuela concertada no, a esa le va mejor. Aumentan nuestros profesionales que se largan. Presentamos los índices españoles más bajos en inversión cultural, energías limpias, investigación y aplicación de I+D+I. Hemos dejado a cero el presupuesto para bibliotecas. Se les llena la boca de emprendimiento a quienes nunca han emprendido nada y dificultan hasta la asfixia su resistencia.
Un país no es un trapo coloreado o una frontera. Habrá que ver qué cualificación laboral, qué nivel de desarrollo y qué hábitos de convivencia tenemos mañana. Y habrá que volver a empezar. Aquella petulante presunción de buena gestora de la candidata en campaña hoy no es más que dejar de invertir y matarnos de inanición. En Edipo rey, de Sófocles, se preguntan: "¿Hay algo que sobreviva al contacto con el poder?" Al contacto de éste todo es derrumbado. Menos la peineta y la demagogia.
*Publicado en El Periódico de Aragón el 11 de noviembre de 2012