miércoles, 23 de enero de 2013

"Democracia". Pablo Gutiérrez. Una novela ¿solo?


Democracia cuenta la historia de un despido, una caída libre en la desesperación a los márgenes del sistema y de la vida en comunidad establecida, de la inconsciente (¿e inútil?) respuesta poética y artística de un francotirador, de la crisis que viene destruyendo el mundo, de los parias que no reaccionan, de los verdugos que quieren seguir siéndolo y de ciertas salidas aparentes que no cambian las cosas. También de la mayoría que se adapta y subsiste como puede y de la minoría que no. De los costes materiales pero también de los emocionales y mentales que parecen no cotizar para la mayoría.  Y del precio que pagamos todos. Es una maravillosa novela, valiente, hipnótica, que me dejó sin dormir, que me hizo pasarme varias veces varias paradas en el tranvía y que no me dejó empezar libro nuevo en una semana. Pero es más que eso. Mucho más.
Democracia es la intrahistoria del dolor del capitalismo y las mentiras arriesgadas que tragamos. Es la infraestructura del dolor y la superestructura de las noticias. Es el trabajo de un escritor brillante, majestuoso, crudo y dulce que narra la historia reciente, cuenta la vida, anota la filosofía y a los gurús de la economía, y relata sus consecuencias a lomos de un manojo de personajes aparentemente fragmentados que somos tú y yo (y gente que conoces) y cuyos fragmentos desesperados llevan a la rebelión o al fin. El reflejo del alma humana, los sueños, los principios. Con leves pero sangrantes y profundos trazos para componer un cuadro a la perfección. Con todos sus matices.
Leer Democracia es observar el cambio de siglo. Veraz como nunca lo es un telediario (por supuesto) y literario como es una novela que toma los viejos parámetros de la escritura, los destruye, los amasa de nuevo y los recompone magistralmente.
Pablo Gutiérrez está en mi diario (o sea, mi blog, mi tw y mi memoria) y me ha dado alas. Cambiar. Cambiar. Cambiar. Comprender.

Democracia. Pablo Gutiérrez (Seix Barral 2012)