domingo, 28 de abril de 2013

Si cierras la puerta....*

¿Dónde vive, presidenta? ¿En el país de Oz, en su cascarón político? En el mundo real no, no vive junto al resto de humanos del territorio que preside. O si sigue aquí es que sus oropeles le ciegan. Claro que, treinta años después de vivir en el mundocargopúblico, no me extraña. ¿Sabe lo que pasa aquí en la intemperie? ¿Sabe como es la evolución de los datos para la mayoría, que tras los números hay personas y tras la macroeconomía, vida real? Usted está para crear riqueza y repartirla y no leer  discursos sobre el populismo y la democracia reclamando para sí la razón cuando su concepción de la democracia es una que dura veinticuatro horas y ocurre cada cuatro años.
Detrás de su vehemencia, presidenta, hay vacio. Tras la imagen de buena gestora en la que se empeña hay parálisis, y tras su vieja campaña de solución a los problemas, solo hay disolución. Son ustedes un ácido dedicado a disolver el estado del bienestar. ¿Le parece radical mi discurso? Quizá. Pero es menos radical que sus actos. Mis palabras no disuelven ni recortan ni destruyen. Hay quien en una playa es marea y quien es pedrusco. Ustedes son pedruscos bastos y puntiagudos que solo pueden levantar muros. Es usted de esas que aplican las doctrinas y los métodos extraídos de un libro y que no resuelven nada. Ya lo hizo en Zaragoza confundiendo el ahorro con la parálisis. Su fórmula es no hacer. Pero no vale, porque por no hacer nos estamos yendo al carajo, el paro alcanza cimas históricas que hubieran provocado su histeria de estar en la oposición, la emigración ya no es una opción sino el siguiente paso lógico de los mejor formados y el estado de la ciudadanía se escurre hacia patrones mexicanos alejándose de los europeos.
Supongo que no conoce una canción de la Velvet Underground llamada After hours sobre la felicidad artificial y la negación del día que sigue ahí afuera. Era la voz de Nico tras la ruptura entre Lou Reed y John Cale,  cultura popular del siglo XX. En ella se dice: If you close the door, the night could last forever “si cierras la puerta, la noche podría durar para siempre”, una metáfora del empecinamiento que les caracteriza. Somos los demás los equivocados, las cifras del paro las erróneas, los jóvenes los que no trabajan porque no emprenden, los jubilados los que quieren cobrar. Y ustedes son  quienes saben lo que hay que hacer porque cierran los ojos para no ver, sacan a la policía para no oír y niegan en las Cortes para no escuchar. Si cierras la puerta, la noche podría durar para siempre.
No confía en la gente, solo en su amigo de conveniencia José Angel Biel que practica la política Fouché. ¿Sabe quién es Fouché? Aquel personaje francés del XVIII que fue jefe con la Revolución, con el Directorio, con Robespierre, con Napoleón y con la Restauración porque siempre pensó en sí mismo y en la dirección del viento y nunca en los demás. Y tener principios era para él algo sin importancia.
¿Sabe cómo termina la canción de la Velvet, presidenta? I'll never have to see the day again. “No tendré que ver el día nunca más”. Eso, que la realidad no empañe su discurso. Y ya que estoy citador, le citare a Emily Dickinson. ¿Conoce los poemas de Dickinson? “Antes este era el lugar de la esperanza/ (…) ante ellos yace un mar ineludible/el camino que anduvieron está cerrado”.
*Publicado en El Periódico de Aragón el 28/05/13