Los pediatras también alertan de casos de
malnutrición infantil en nuestras ciudades. Niños blancos y escolarizados de
padres y madres nativos, lejos del perfil habitual de familias desestructuradas
que darían argumentos a la derecha justificadora para explicar casos como éstos.
Pero no. Son niños cuyas familias llevan a pediatra porque están desmejorados, apáticos
y débiles, y cuyo diagnóstico es malnutrición. Y los pediatras no pueden
expender una receta de naranjas para cada día y proteínas que te den en la
farmacia a cuenta (total o parcial) de la Seguridad Social.
El fenómeno de la malnutrición
extendida en España no se conocía desde hacía décadas. Hoy es producto (como
siempre) de la pobreza derivada del desempleo o los empleos de semiesclavitud
que se están generalizando y de la desaparición de las políticas sociales y de
igualdad. En muchos casos la simple desaparición de los comedores escolares y las
becas que los garantizaban han hecho reaparecer el hambre en los estómagos de,
al menos, el 27% de la infancia en España.
Más allá de los datos, sólo es
necesario escuchar a los profesionales del trabajo social, educadores,
enseñantes o maestros. O hablar con los pediatras y los profesionales de los
Centros de Salud. Con ese mero gesto que debería formar parte de las agendas
habituales de los responsables políticos de Educación, Sanidad y Bienestar, las
administraciones públicas podrían haber evitado decisiones tremendas que han
nos han abocado a la pobreza. ¿Lo han hecho? No. ¿Se equivocan? No. Son decisiones que toman conscientemente
porque tienen un proyecto que están llevando a cabo. No es una crisis. Es el
nuevo orden que ha venido para quedarse y cuyas más graves consecuencias aún no
hemos visto, tamizadas por la duración de los subsidios temporales de desempleo,
los ahorros, las redes familiares….que se están terminando y agravadas por las
condiciones de los nuevos empleos con nóminas (o ingresos de falsos autónomos
obligatorios) que te mantienen en la miseria.
El siglo XXI es el XIX que “ha
reorganizado”, como el sistema, la ubicación de sus partes. Fijaos en el parecido. Cuando las condiciones descritas por Tolstoi o Dickens están en tu portal ¿Cuál debe ser la respuesta?
Foto: UNICEF