Foto: Ángel de Castro para El Periódico de Aragón
No hemos aprendido. Hemos ido de la ofensa a la indiferencia. Entre 1975
y 1989 Industrias Químicas del Noroeste (Inquinosa) fabricó en Sabiñánigo lindano
para usar como pesticida, hoy prohibido en todo el mundo por su extremada
toxicidad. 200.000 tn de estos residuos fueron vertidas sin autorización en dos
vertederos. Los ecologistas aragoneses estaban en acción contra este horror desde varios
años antes y en el juzgado desde 1987. La Audiencia de Huesca condenó en 1994 a
su director, Jesús Herboso, solo a dos
meses de cárcel y un millón de ptas de multa y el director de la planta, José Manuel Cuartero, fue absuelto. La
planta se cerró y Herboso trasladó la producción a Rumanía. Luego vendió la
mitad de InquinosaInternational por
dos millones de dólares a JLM, radicada en Tampa, Florida, EEUU, de la que la
Agencia de Protección Ambiental de ese país tiene un archivo de delitos
ecológicos como para alicatar el baño. Se siguen riendo.
En 2003, Inquinosa fue de nuevo condenada a pagar 6,5
millones de € tras una demanda civil interpuesta por el Gobierno de Aragón en
1996. Pero nadie ha pagado nunca. Solo dinero público.
El caso ha sido llevado al Congreso y a la UE por Izquierda Unida y a la
Fiscalía por CHA. Miles de toneladas de mierda tóxica siguen en el almacén
abandonado, los acuíferos, y la tierra del Gállego, y podrían contaminar toda
la reserva hídrica de Aragón durante años. Y los técnicos, cuyo informe se hizo público a través de la
revista Environmental
Science and Polution Research,
poseen escasísimos recursos.
El Plan Integral que debía limpiar la zona lleva décadas de retraso y no tiene
presupuesto.
Cuando comenzó la lucha ecologista, la decisión política más firme fue
desprestigiar al mensajero y acusarle de querer condenar a la comarca al paro. Hoy les
debemos mucho. Han
cambiado las normativas pero el grado de conciencia de la población según el
CSIC es creciente pero muy escaso y ha sufrido un parón con la crisis: no hemos
generado ninguna nueva cultura ambiental. En muchos sentidos, el medio ambiente
sigue siendo cosa de fin de semana y de cola decorativa en la legislación, le han
dado la cartera europea a un petrolero amante del fracking y en la semana de
lucha contra el cambio climático seguimos negando sus efectos, enviando a las
renovables a la semiclandestinidad y negándonos a buscar un nuevo modelo
productivo compatible con el medio. Ni los hábitos, ni la normativa ni la sucia
política energética de nuestro país están a la altura y seguimos siendo fans de
los pesticidas. No tenemos ministerio ni consejería específica porque el medio
ambiente es un asunto de tercera en los gobiernos de España y Aragón. Es de la
comida, el agua, el aire y la salud de lo que hablamos pero sigue siendo cosa
de radicales.
Mientras, el consejero de Agricultura y Medio Ambiente, Modesto Lobón, desbarra diciendo que “no
es preocupante”. Y no veo yo la lógica escandalera ciudadana porque la
población global tampoco ve aún que estemos ante un reto global que necesita
implicación personal.
*Publicado en El Periódico de Aragón el 28.09.14