viernes, 11 de diciembre de 2009

Hablantes, fablans y parlants

La gramática es de los gramáticos y de quien desee expresar bella y claramente su pensamiento, y la lengua es de los hablantes. Aragón es un territorio riquísimo en historia y patrimonio y posee, al menos, tres lenguas: castellano, aragonés y catalán, y luego hermosas variantes dialectales en algunos valles como el cheso o el patues.
Hasta aquí la realidad. Luego vienen las interpretaciones y la demagogia rancia e iletrada que se sostiene mas en el miedo al otro, en extraños complejos de inferioridad y en la identificación de lo propio basado en el desprecio de lo ajeno. Eso es lo que creo que pasa con la Ley de Lenguas que viene a oficializar un rico patrimonio de todos.
De nuevo el tribalismo, que no la identidad ni la historia, y un sorprendente y pueril miedo a ponerle nombre a las cosas, no sea que al nombrarlas en voz alta y de modo oficial, tome cuerpo lo que todavía la vida fue una realidad sin problemas.
El miedo, los prejuicios y al acientifismo corren como la pólvora. En Facebook y en la red corren que se las pelan, confundiendo el nombre de unas lenguas vernáculas y cotidianas de muchos aragoneses y aragonesas, llamadas aragonés y catalán, con el imperialismo político y la insana tradición de enfrentamiento entre las comunidades aragonesa y catalana. Para ser más, mejor y diferente, necesitamos un enemigo y nadie mejor que un vecino para encarnarlo.
En los medios de comunicación han faltado con estrepitosa evidencia las voces documentadas de historiadores, hablantes y lingüistas y se han vertido las mismas ideas preconcebidas sin argumentos que las que reinaban en las polémicas de los años 80 cuando los consejeros José Antonio Armillas o José Bada quisieron normalizar institucional y políticamente lo que en algunas comarcas aragonesas era ya lo normal. Prueben a escucharles y leerles en este asunto y verán que liberador placer intelectual.
Pero esas ideas preconcebidas no son científicas, no se sostienen en la historia y sacan de madre un asunto de riqueza cultural y patrimonio inmaterial de Aragón para convertirlo en un asunto político del que Luisa Fernanda Rudi, su partido y los que enarbolan el discurso rancio contra lo que llaman política de paisos catalans (otro modo de imperialismo cultural) podrían avergonzarse.
He oído el anuncio en la radio de quien explica en ZGZ como se llega a la Plaza del Pilar en catalán. Premio a la demagogia. La ley de Lenguas, necesaria, urgente y normalizadora, establece el reconocimiento de las lenguas habladas en Aragón y el derecho a usarlas y ser educado en ellas, no impone ninguna lengua en ningún sitio donde ésta no existe de modo natural. Y los propagadores de esa mentira lo saben, pero han optado por la demagogia barata electoralista como si creyeran que la gente anda sometida a una hipnosis masiva y que semejante simpleza les hará mella. Es como si ahora anduviéramos aún negando que lo que hablamos aquí se llama castellano aunque no seamos de Castilla y como si no pudiera llamarse español a la lengua de la Argentina por encima de las hermosas y ricas variantes por comunidades, países y estados.
Pero una vez más la realidad no cuenta y equivocamos la libertad de expresión que todos tenemos creyendo que todo vale igual, tenga o no fundamento científico.
Total para lo que valen los datos, la ciencia y el saber…
Publicado en El Periodico de Aragón el 11.12.09