En la escuela se enseñaba pintura y
escultura a los estudiantes como algo esencial porque sin explicar los modos de
expresión humana y los caminos artísticos que definen e impulsan a las
sociedades no podían formarse ciudadanos. Nos contaron el arte de occidente y
el antiguo. Pero surgió el cine. Y en el siglo XX se convierte en el arte
total, el que conjuga todas las artes y todas las tecnologías y es un arte y
una tecnología en sí mismo.
Pero el cine, desgraciadamente y sin
que sepa por qué, jamás ha entrado en las escuelas con esa consideración. No se
enseñó neorrealismo en cine como gótico en arte. No formó parte de la
asignatura Arte privando a los estudiantes de una enseñanza adecuada a los
tiempos y la realidad.
Y ahora, es aún peor. Podamos la
filosofía y la enseñanza teórica de las artes como expresión humana esencial y
le hacemos sitio a las leyendas religiosas a la altura de la ciencia. Un error
histórico, otra vez, que vuelve a marcar la diferencia de España con buena
parte del mundo civilizado. Ramón y Cajal habló de quienes en el “torrente
avasallador de la doctrina reinante, supieron conservar sereno el ánimo é
independiente el criterio”. O sea, al revés que hoy ministro Wert y consejera
Serrat. Lo suyo es que es de otro siglo.
*AudioBlog de Rivarés. Cadena SER-Aragón.